No Regrets |•Choi Soobin, Choi Beomgyu•|

- ᴏᴄʜᴏ: ᴘᴀʀᴀʟᴇʟɪsᴍᴏ -

En un principio, creyó que aquello de la supuesta favorita del amo Choi era una falacia, solo para molestarla y se diera por vencida, por lo que no se tomó en serio de ello, no hasta que con sus propios ojos los vió, aquello es una verdad. Si existía la supuesta favorita y era una dama a la que poco veía.

El joven Choi si tenía de una bella mujer a su lado que solía consentir con ostentosos regalos.

Limpia el librero; hoy le han asignado la limpieza de uno de los salones. Es una habitación enorme, dos de sus paredes están recubiertas por libreros que van desde el suelo hasta el techo, y la pared restante llena de diferentes pinturas impresionistas de las cuales, algunas llega a reconocer. Un enorme candelabro de cristal cae por el centro del salón, y bajo este, una sala que queda frente al ventanal con vista a uno de los jardines interiores.

La favorita esta en silencio, supuestamente leyendo; es una joven que llama la atención de cualquiera por su físico, la observa de reojo, asemeja a una muñeca de porcelana, tan delicada, inofensiva. Está sentada en uno de los sillones individuales del salón con un libro en sus piernas, desde que está en el salón limpiando no la ha visto pasar de hoja, finge leer mientras adopta posiciones en dónde solo busque verse bonita. Está es la cuarta ocasión que le ha tocado verla, siendo está la primera vez que la tiene tan cerca.

Continúa sacudiendo los libros, inclusive Sooyeon había quedado deslumbrada por la belleza de aquella mujer, después de todo no puede esperar menos de Choi Beomgyu, queda confirmado de su buen gusto, todas las mujeres a su alrededor son bellas, y luego a quien ha nombrando cómo favorito, su belleza parece irreal, es como un ángel o un hada.

Entiende el porqué las chicas dicen que no puede hacer nada por obtener la atención del amo Choi, pues es inminente el anuncio de su compromiso, pero si bien, son todas mujeres de grata belleza, aún cuando no exista punto de comparación con aquella mujer, Sooyeon sabe que puede sacarla de su camino.

Es bella, sí. Pero, en todo el rato que ha estado a su alrededor no ha visto algo más, su única virtud es ser una cara bonita, le parece una mujer sin escencia, acíbar, meramente vacía.

Termina de sacudir. Ha vuelto a cambiar de posición la joven para seguir viéndose bonita aún estado en la misma hoja que al inicio. Es un mensaje indirecto por parte de ella, Sooyeon no se considera una tonta, ha captado su mensaje. Pronto será ella la que este en un sillón solo preocupándose por verse bonita.

Termina de limpiar y recoge sus cosas para salir del salón. Sooyeon puede que no sea una completa tonta, sin embargo, le hace falta aprender de mucho. La favorita, cierra su libro en cuanto ella sale de la habitación, ella también la estuvo observando todo el rato.

Algo que Sooyeon ha ignorado por completo, fue criada para sobresalir, ya sea por su físico o por sus habilidades, más sin embargo su crianza no incluyó cómo es la realidad y la crueldad de las personas. Ella ha salido del salón llena de confianza, creé firmemente en que ella llamará la atención de Beomgyu, ya lo hizo en una ocasión, por tanto, no será difícil arrebatarle el puesto a la cara bonita. Se lo ha prometido, lo hará por todos los medios posibles con tal de cumplirlo.

— Buen día, Choi —. Saluda.

Se ha topado en uno de los pasillos al joven. Se le ve ocupado, en sus manos lleva un apilo de papales y de no ser porque ella le ha hablado no hubiera notado su presencia.  Él sonríe de manera corta para continuar por el pasillo, tiene muchas tareas para hacer como para perder su tiempo.

Sooyeon ve al piso, nota a dónde es dónde apuntan los pies de Beomgyu, no está interesado en ella. Le hace una reverencia y vuelve a avanzar por el pasillo volviendo su atención al montón de papeles.