- ϙᴜɪɴᴄᴇ: ᴇɴᴛʀᴇɢᴀʀ ʏ ᴅᴇᴊᴀʀ -

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Miraba un tanto desconfiada a Soobin; el sol iba cayendo de poco en poco tras los montes, teniendo de una espectacular vista de ellos, viendo aquellos vivos colores sobre el firmamento, siendo el rojo el más intenso de estos, perdiéndose en el horizonte, la luz desaparecía, los rayos eran intensos pero escasos, el cielo iba cambiando a un rosado que se va fundiendo con el azul del cielo a medida que el crepúsculo finaliza y el frío de la noche comenzaba a sentirse de manera nítida; las luciérnagas se hicieron presente iluminando el camino.

— ¿Falta mucho? —. Preguntó.

Escucho una corta risa del chico, y como esta se perdía entre el sonido del viento al pasar entre las hojas de los árboles a su alrededor. Tenían alrededor de cuarenta minutos caminando, no le dijo a donde, solo que le siguiera, y era así como había terminado en uno de las colinas que estaban cerca al poblado, se sentía ansiosa por lo que sea que fuera a mostrarle, siempre que hacía este tipo de cosas le mostraba lugares maravillosos, pero ahora, debido a que la noche estaba ya cayendo, se mostraba inquieta y un tanto temerosa, jamás había salido de noche. Temía por ser descubiertos.

— Tranquila, no falta mucho —. Habló él, regresó unos cuantos pasos para tomar su mano — Te encantará.

Sooyeon sonrió de manera tímida, agradeció que no notara el color carmín que se asomaba por sus mejillas, más relajada, apretó la mano de Soobin mientras seguían caminando, duraron alrededor de veinte minutos más en pie hasta que él se detuvo, fue ahí cuando notó que él ya había preparado todo con anticipación, había hecho de un pequeño refugio con madera, había de varias mantas dentro con algunos cojines. Soobin entró primero mientras sonría marcándose de sus hoyuelos.

¿Tu hiciste esto? —. Entró al pequeño refugio.

Era pequeño el lugar, Soobin apenas podía entrar sin pegarse en la cabeza, solo un cuadro alumbrando por una única lampara de aceite que sabrá como la consiguió, se acercó hasta él para sentarse frente a él, besó sus labios de manera fugaz viendo el pequeño refugio que el chico había construido solo para ellos.

Habías dicho que querías un día que durmiéramos juntos, eso jamás pasaría allá, pero aquí podemos —.  Respondió mientras pasaba uno de sus brazos por los hombros de la joven — Lamento que sea pequeño, no logré conseguir mas material.

No importa —. Se abrazó más a él — Me gusta así.

El chico solo sonrió un tanto orgulloso apreciando a la joven quien estaba maravillada del pequeño espacio que tenía para solo ellos, y luego, tomándola desprevenida, se acercó a besarla, siendo este un beso más largo y más profundo.

Sus labios comenzaron a moverse en un vaivén perfectamente sincronizado, era esta la primera vez que él se atrevía a besarla de tal forma, mostrando bastante deseo y pasión por ello; sintió a Soobin morder de su labio, provocando que soltara un jadeo que él aprovechó para introducir su lengua, y luego se apartó, quedando unidos aún por un fino hilo de saliva.

Él, al igual que ella tenía de su respiración agitada, se habían sonrojado completamente, y el mirar de él era bastante duro, no tenía esa mirada gentil que solía haber, era una más dura, deseosa, y ella volvió a acercarse a él besando de manera lenta sus labios, siendo ahora ella que tomaba del ritmo del beso.

No Regrets |•Choi Soobin, Choi Beomgyu•|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora