13= Tacto de algodón

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—Miro aquella casa y a pesar de que estaba sorprendida prosiguió ayudando al chico que a duras penas podía caminar y aunque le mencionó—

–D-de V-verdad... N-no t-tienes.... Q-que seguir a-ayudand-dome– ella siguió ¿por qué? Justamente porque pensaba en su bien y no dejaría que le pasase algo, era lo manos que podía hacer luego de que el le allá invitado amablemente a un café–

—El no le protestó más, con lentitud y cansancio saco unas llaves de uno de sus bolsillos, las cuales cayeron al suelo por descuido y falta de fuerza en sus articulaciones—

—La castaña recogió las llaves y rápidamente tomo la que era de la puerta principal abriéndola exitosamente, prosiguió junto al chico sin dejar de sostenerlo de uno de sus brazos, vio como un gato se aproximaba al chico por verle llegar, con lentitud y sin apresurarse llegaron a la sala donde había un juego de sofás, y en uno arre costo al chico completamente con mucho cuidado—

—La castaña notaba completamente en las expresiones de el que si se movía le dolía y es que si, le dolían todos los músculos y articulaciones como si lo hubiera atropellado un camión, el gato maullaba con preocupación de ver como estaba su dueño—

–Antes, no debí de haberte hecho perder tu tiempo, de verdad lo siento– dijo algo triste y mal por eso pero, el le tomo su mano haciendo que ella le mirase esperando una respuesta de odió quizás–

–..Y-yo.. te i-invite...– abrió un poco sus ojos para mirarla– n-no... T-te... P-preocu-pes– ella bajo un poco la mirada y le hacía feliz ver la manera de ser de ese chico– p-puedes ha-cerme u-un f-favor?– la castaña volvió a elevar la mirada y asintiendo apretó un poco el agarré de la mano del chico– M-me brin-darias tu r-regazo como al-mohada?– la castaña soltó el agarré del chico y se apartó de la vista de el, el volvió a cerrar los ojos, pensó que se iría así sin despedirse y no le era extraño ya que no se conocían mucho—

—Se despojó de su bolso y las fundas de su instrumento dejándolas en una pequeña esquina, luego suspiró ligeramente acomodando su vestimenta para regresar a donde se encontraba Shinsou, quien abrió algo sorprendido sus ojos al sentir que alguien elevaba su cabeza y quitaba la almohada para luego de acomodarse bien volver a bajar su cabeza—

—Sabia que era ella, nunca nadie tendría un tacto como el de su madre y la castaña era la excepción, por qué su tacto era igual y hasta se animaba a decir que más suave que el de su madre—

—Ella comenzó a tararear una canción con lentitud mientras acariciaba con ternura y tranquilidad la cabellera purpura del chico—

–G-gracias Uraraka~–dijo con un hilo de voz apenas audible para la castaña, ya que empezaba a quedarse dormido por sentir las pequeñas caricias que daba la chica en su cabello y por el inmenso cansancio que sentía su cuerpo–

—Ella sonreía ampliamente por qué le hacía recuerdo a cuando su padre le hacía caricias en su cabello y le tarareaba suavemente una tierna canción y en ese momento pensó en que era lo mejor para el de cabello purpura, de esa manera podría dormirse, descansar lo que fuera necesario y también de esa manera se dio cuenta de que a pesar de no tener mucho tiempo de haber dejado a su familia por su sueño, les extrañaba bastante, ella poco después también termino durmiéndose—

—Luego de eso, se empezaron a llevar tan bien como si se conocieran de siempre y realmente a el le agradaba mucho, se preocupo mucho por lo que al le pasaba pero, ¿Que le pasaba? (Nah eso lo dejare para otro capitulo si no, no finalizo el concierto jsjs) el le brindo su casa como para que vivieran juntos así de esa manera ella no gastaría en un departamento, ella se negó varias veces pero, al ver como el suplicaba no pudo seguir diciendo que no, Uraraka luego de días de estar viviendo con Shinsou le menciono que quería revisar lo que estaba en su sótano—

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