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⁰² Patinaje sobre hielo

Éran las 2 AM, Phillip estaba más que somnoliento, de echo ni siquiera recordaba bien como es que había llegado a estar caminando juntó a su amigo pelinegro hacía las afueras de el pequeño pueblo de South Park, se encontraba en pijama, frotando sus ojos con sueño y bostezando constantemente

- Hey Damien... ¿Puedes volver a decirme por qué estamos yendo al lago Stark a estas horas de la madrugada? - dijo medio bostezando el rubio a lo que solo recibió silencio de parte de el que lo llevaba a la fuerza - Damien... Damien... ¡Damien! - gritó ya un poco enojado pero más que nada confundido

- ¡Ah! Carajo Pip, no te dije aún por qué estamos yendo al lago así que tú solo cállate y sígueme - hablo con un ligero tono de fastidio el azabache mientras seguía caminando entre la espesa niebla que se formaba cerca del lago

- Pero dime una cosa ¿Era necesario venir a las 2 AM? - dijo esta vez un poco más hastiado por la situación, el ahora debería estar en su cómoda cama durmiendo en vez de estar caminando a esas horas de la madrugada y congelándose por el frío

Y es que el pelinegro sólo había tocado su puerta, lo tomó de manera fuerte de la mano y se lo llevó con rumbo al lago, así sin más, de echo eso estaba siendo casi como un secuestro pero bueno, a Phillip no le quedaba de otra que seguir las locuras de su amigo

El camino se hizo algo más largo para ambos jóvenes pero al fin llegaron a su destino, el lago Stark de South Park, el pelinegro al fin soltó su agarre de la mano del británico, el anticristo se alejó un poco del sitio del otro chico, dejándolo en medio de la nada, por lo que el joven Pirrup empezó a dormirse en su sitio pero se levantó por una fuerte ráfaga de viento que lo desestabilizó y casi lo hace caer al suelo cubierto por la nieve que caía poco a poco, el clima se verdad era demasiado frío

- Bueno, cierra los ojos hasta que te diga que los abras - dijo el anticristo preparando su sorpresa

- Okey - el británico coloco sus manos sobre sus ojos esperando la señal del pelinegro

Después de lo que fueron más o menos diez segundos el anticristo le pidió al joven Pirrup que ya los abriera de una vez, a lo que esté hizo caso, observando frente a él un par de patines para el hielo que él pelinegro le entregaba, se quedó en un ligero shock un rato para después sonreír dulce y buscar los ojos escarlata de su amigo

- ¿En serio? Jeje, podías nada más haberme dicho que veníamos a patinar y ya - sonrió aún más mientras tomaba los patines que le ofrecía el otro y se sentaba sobre la fría nieve para colocarselos con cuidado y empezar a patinar ya, aunque por dentro moría de sueño

- Si si si, podía haberlo echo pero arruinaría la sorpresa ¿No crees? - habló el anticristo también empezando a colocarse los patines de hielo, con algo más de rudeza que el rubio inglés

- Si pero... Hubiera sido mejor que sacarme de mi cama a las dos de la madrugada - Se paró con algo de cuidado de no caer, la verdad es que ya tenía algo de práctica en eso de patinar - Ya pero enserio ¿Por qué a las dos? - la duda lo carcomía por dentro

El pelinegro sólo chasqueo la lengua con algo de fastidio, tenía que explicarle a su amigo si no quería seguir siendo molestado por sus preguntas - ¿Te acuerdas la semana pasada cuando dijiste que te encantaría patinar sobre hielo pero aquí el lago nunca se congelaba lo suficiente para hacerlo? Pues verás, estuve investigando un poco sobre el clima en el pueblucho este, calculando bien la hora y mierdas así, total qué logré calcular que justamente a las dos de la madrugada el lago se congela lo suficiente como para que se pueda usar para patinar - finalmente terminó

Phillip estaba más que sorprendido, el pensaba que el pelinegro no le prestaba atención en nada de lo que decía y menos ese día en el que se puso a hablar de cómo siempre le gustó patinar sobre hielo en Inglaterra, eso le conmovía aún más por saber que el anticristo se tomó el tiempo de investigar todo eso por él, lo hacía sentirse bien, escuchado por una vez en su vida, lo hacía sentirse querido.