Abrazos gratis [Takemikey]

[✩] O5

— Sen, te dejo a cargo. —escucha al pelinegro decirle a su compañera contra su oído, aún sosteniéndolo entre sus brazos antes de alejarse juntos.

No se habían movido mucho, tan sólo fueron unos pocos metros hasta el borde de la vereda para sentarse a la par, manteniéndose en silencio un rato hasta que el de ojos negros controló su llanto.

— Me llamo Takemichi. —se presenta con una sonrisa en su dirección.

— Takemicchi... —repite en un susurro, haciéndolo reír bajito.— Me llamo Manjiro.

— Muy bonito nombre, Manjiro.

Y el silencio volvió a reinar entre ambos jóvenes con una comodidad placentera.

— Lo siento por romper a llorar así... Deberías volver.

— ¿Te gustaría contarme qué te puso tan mal? —cuestiona con calma y amabilidad, volteando a verlo.

— ¿Por qué hacen todo esto? —inquiere luego de unos minutos en silencio.

— Nos hemos conocido hace años en grupos de ayuda tras intentar acabar con nuestra vida. Todos aquí hemos intentado o pensado en acabar con todo.

— ¿Incluso tú...? Te ves lleno de alegría y vida.

El pelinegro asiente levemente, acariciando sus muñecas tapadas por su abrigo. Una sonrisa se extiende en sus labios, ladeando su cabeza mientras sus ojos eran una fina línea.

— Hasta yo tengo cicatrices de guerra. Todos aquí tenemos una herida, física o sentimental, por eso hacemos esto. Buscamos dar un buen mensaje gratuito para aquellos que lo necesiten.

— No tiene sentido... —murmura el más bajo.

— ¿Por qué crees eso?

— Aferrarse a la vida, ¿por que lo harías? No hay motivos.

— Siempre hay algún motivo. El mío comenzó siendo esta feria, poco a poco pude salir adelante y ahora es un placer ayudar a otros a ver que si existe un sol brillante y que hay motivos. Siempre hay motivos, Manjiro.

— No para mi.

— Incluso para ti.

N.A.: Después de tantos días, he vuelto y para terminar esta pequeña aventura.