[✩] O7

639 126 16
                                    

Pasa una mano por su frente para limpiarse la fina capa de sudor que se había formado tras ayudar a la pelirroja a mover sus cajas con chocolates, regresando luego al puesto con cierto pelinegro que parecía no poder borrar su sonrisa al verlo tan emocionado por formar parte de la feria por primera vez.

Hacía ya un año había ocurrido aquel evento donde rompió en llanto en el hombro de un, ya no tan, desconocido. El grupo de la feria lo había acogido como parte de esta, apoyándolo en cada momento desde que había decidido iniciar con sus sesiones de terapia. Aún tenía camino por recorrer antes de soltar los antidepresivos, pero el cambio había sido enorme.

Tanto así que había decidido sumarse al puesto de Takemichi, repartiendo apretados y salvadores abrazos a desconocidos que lo pidieran. Estaba nervioso. Esta demasiado nervioso. Pero quería intentar ser el motivo que el pelinegro había sido hacia un año para él.

Siguieron hablando tiempo después de eso, acordando que no iniciarían algo romántico hasta que el ojinegro se sienta listo para sostener algo más que no sea su propio peso. El ojiazul había sido un gran apoyo, dándole palabras de aliento y orgullo cada que lograba algo o recordándole lo mucho que valía cuando quería rendirse.

Ya no deseaba convertirse pronto en una estrella; ahora disfrutaba viéndolas noche a noche junto a Takemichi, dejando que sus manos ocasionalmente se rocen, haciéndolos sonrojar con unas sonrisas en sus rostros. Ya no sentía que debía estar entre ellas para apreciarlas, podía hacerlo desde la tierra, volviéndose su refugio cada vez que sus pensamientos amenazaban con atormentarlo.

— ¿Pensando en mi? —escuchó en su oído con ese tonto tono coqueto tan conocido.

— Quisieras.

— ¿Y por qué te sonrojas entonces?

Ni siquiera dudó al darle un suave golpe en el pecho antes de sonreírle con su rostro iluminado y besarlo en los labios con cariño. Y entonces, la primera persona llegó, siendo Manjiro quien lo envolvió entre sus brazos con fuerza y susurrándole que era un fuerte luchador. Su rostro volteó, encontrándose la sonrisa orgullosa del pelinegro.

"Gracias, Takemichi. Gracias por ayudarme a ver los motivos."

N

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

N.A.: Hasta acá esta pequeña aventura, espero les haya gustado mucho. Gracias por llegar hasta acá, gracias por el apoyo que me dieron, gracias. Les quiero.

Abrazos gratis [Takemikey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora