Capitulo 3

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Sentada en su sillón ergonómico, suspiró pulsando el Enter en el teclado y sonrió.

—Trabajo terminado.

En ese momento llamaron a la puerta de su apartamento y giró la silla para mirar hacia allí. —¿Quién es?

—Sasuke Uchiha.

Se levantó en el acto y casi chilla del horror al ver que llevaba una camiseta vieja y unos vaqueros cortos que estaban descoloridos por el uso. Se quitó la goma del cabello y movió la cabeza arriba y abajo para darle volumen. Nerviosa miró a su alrededor y gritó

—¡Ya voy!

Abrió la puerta aparentando tranquilidad. Él estaba apoyado en el marco de la puerta en mangas de camisa y sin corbata. —¿Puedo pasar?

—Depende.

—¿De qué?

—¿De a qué hayas venido?

Sasuke sonrió excitándola al instante. —¿Y si digo que he venido a acostarme


contigo?

—Te diría que la respuesta es correcta.

Se dio la vuelta y chilló de la sorpresa cuando la agarró por la cintura volviéndola y pegándola a la pared. Sasuke mirándola a los ojos, alargó la mano y cerró la puerta de golpe antes de tirar de su camiseta hacia arriba y sacársela mostrando sus pechos. Sus pezones se endurecieron al instante y Sasuke apretó sus caderas contra ella. Sakura gimió al sentir su excitación entre sus piernas y se apoyó en sus hombros mirando sus ojos. Él sonrió volviendo a mover las caderas y la besó en la cicatriz de la mandíbula. —¿Quieres esto, preciosa?

—Sí.

Sus manos subieron por sus caderas poniéndole la piel de gallina y llegaron hasta sus pechos acunándolos mientras besaba su cuello. —Abre los ojos, nena. Me excita que me mires.

Abrió sus ojos verdes y se mareó de deseo al ver que metía uno de sus pezones en la boca. Su vientre se estremeció con fuerza haciéndola gritar de placer y más aún cuando él metió las manos dentro de sus vaqueros y acarició la suave piel de sus nalgas, amasándolas sin dejar de besar sus pechos. La alzó sin esfuerzo y ella abrazó su cuello necesitando que siguiera torturándola con sus labios, protestando cuando la tumbó con suavidad sobre el sofá. Se apartó de ella y empezó a desabrocharse la camisa mirándola con una sonrisa irónica en los labios. —Desnúdate. —Con la respiración alterada, se quitó los vaqueros tirándolos al otro lado del sofá. Sus manos fueron a sus braguitas negras y se las bajó a toda prisa. Sonriendo sensualmente, apoyó la mano tras la cabeza para verle quitarse los pantalones negros del traje a la vez que los bóxer negros que llevaba. Tenía un cuerpo impresionante. Era puro músculo y sus abdominales demostraban que se cuidaba mucho. La cicatriz del costado le hizo recordar cierto episodio de su vida, pero lo olvidó

No me  vas a dejar /Sasusaku/ AdapDonde viven las historias. Descúbrelo ahora