Relatos de Navidad (CERRADO)

Un Atraco en Navidad

Está historia pertenece a rubi2021

La navidad, una época de gozo, satisfacción y obsequios. Pero, ¿realmente es así siempre? Desde que nací, el dolor ha imperado en mi existencia, una existencia que desde el primer momento ha sido inclemente y despiadada. Donde es más asequible palpar los mismos astros que tener un presente en esta festividad. Donde solo sueñas con tener un colchón reconfortante sobre el que puedas conciliar el sueño, y un lugar para aprender.

Porque si, hasta eso se nos priva a las personas como yo. Personas que provenimos de la nada, personas que no cotizamos ni un centavo para la civilización. Personas como yo, que adquirimos efectivo sirviendo a los demás, y percibimos sólo las migajas del atroz sistema financiero que existe aquí y en todo el mundo. Personas como yo, ese día somos privilegiados si disfrutamos de un panetón. Ya que, esta supuesta fecha de gozo y regocijo, es para nosotros simplemente un día banal.

Donde incluso tenemos que trabajar el doble para lucrar la misma miseria de siempre. Pero este 24 de diciembre todo cambiará.

- Ya es hora - vocea el chico moreno de ojos marrones que amo tanto, apartando mis pensamientos, quien se ubica en el deteriorado marco de madera que divide las habitaciones de la sala principal. Sala donde yo me encuentro preparando todos los objetos que está noche vamos a necesitar. Mientras descanso sobre el único sofá del lugar, sofá que a pesar de estar sumamente desgastado y roto, guarda con él todos los recuerdos que yo y el chico que me observa atentamente, hemos venido forjando desde el día que nos conocimos.

- Lo sé Henry, no me lo tienes que repetir - susurro terminando de guardar todas los recursos que requerimos para hoy, 24 de diciembre, el día “más feliz del año”.

- Bueno, entonces nos vamos - se acerca y me da un beso en la cien - quiero acabar esto rápido para ir a disfrutar contigo - susurra antes de morder suavemente mi oído para luego tomar mi mano y llevarme junto a él, cruzamos la puerta que nos lleva hasta la cochera. Cochera en donde nos esperaba una minivan marca chevrolet de color negro que nos llevara a nuestro destino. - Estás lista - menciona abriendo la puerta del vehículo.

- Siempre - guiño un ojo y me adentro en este seguida por él quien cierra la puerta apenas terminando de entrar - Ven amor - susurro sensualmente jalando su muñeca logrando que caiga sobre mi pecho.

- Mi loquita - ríe tocándome la nariz - Eres lo mejor que me ha pasado - acerca sus labios a los míos, sin que estos se lleguen a rozar.

- Ya tenemos que partir tortolitos - alega Arnold, hermano de Henry, que a diferencia de él es rubio y de ojos azules. El cual se encuentra en la parte delantera del auto, y que hoy se encargara de ser nuestro chofer

- Si, lo siento - musito volviendo a la realidad.

- Perdón - menciona Henry sentándose correctamente - Te amo - susurra en mi oído, mientras Arnold arranca el automóvil.

- Yo te amo más - susurro objetando.

- Este va a ser el mejor atraco de nuestras vidas - sonríe rodeando su brazo por mis hombros.

En el trayecto atravesamos por una hermosa plaza llena de decoraciones y un árbol enorme en el medio decorado por diferentes adornos y luces de colores, al lado un nacimiento, donde resalta Maria, Jose y el niño Jesús rodeada de diferentes animales y pastores.  Seguimos con el recorrido, cada vez las casas se tornan más lujosas, las pequeñas casas son cambiadas por enormes mansiones que más que hogares parecen palacios, y he ahí nuestro destino.

Una vieja casona de la edad media, rodeada de árboles, y que a pesar de ser antigua parece un palacio. Pero, no se podría esperar menos de el gran Carlos Pastor, uno de los más grandes millonarios del país y acreedor de una de las más grandes colecciones de joyas preciosas, valorizada en alrededor de 500 millones de dólares. Joyas que hoy tomaremos como nuestro regalo de navidad.