NO CONTROL

Capítulo 7.

Louis se removió bajo las suaves sábanas sintiendo como la tela acariciaba lentamente su piel. Inhaló con fuerza y un familiar y dulce aroma ingresó a su sistema por sus fosas nasales. Apretó más los ojos, sin ser capaz aún de abrirlos y comenzó poco a poco a tomar consciencia de su cuerpo. Sintió un calor contra su pecho notando que su brazo izquierdo estaba completamente entumecido por algo que le aplastaba. Movió la mano contraria para sentir que se apoyaba sobre algo suave y cálido que resultó ser un abdomen plano, delineado por músculos que en ese momento se encontraban relajados.

Poco a poco fue tomando consciencia y recordó lejanamente que anoche había estado con Harry en la ducha, por lo que inhaló por la nariz todo lo profundo que pudo, hundiéndola en el cabello suave que tenía frente a él. Decidió pegar sus caderas al cuerpo ajeno, y con su mano derecha apretó sobre aquel abdomen para unirse tanto como le fue físicamente posible.

Comenzó a moverse lentamente, sus caderas formaban pequeños círculos contra un trasero pequeño pero firme ajustado entre lo que parecían ser unos cortos bóxer. Hundió un poco más su nariz, esta vez viajando hasta la nuca del contrario mientras delineaba con ella el recorrido, lo que provocó algunas cosquillas a quién las recibía respondiendo con un suave ronroneo. Louis sintió como el cuerpo se removía entre sus brazos y aprovechó para estirar sus labios y dejar un suave beso sobre el hueco del cuello de este. Tras esa acción apretó más su pelvis, acomodando su erección creciente justo en medio de los glúteos del chico, y de repente una voz completamente ronca y somnolienta lo alertó.

   —No, por favor, me duele el culo como el infierno. Te doy una mamada si quieres.

Louis dio un salto incorporándose sobre la cama quedando sentado y enredado entre las sábanas. Sus ojos se abrieron de manera brusca y tuvo que pestañear varias veces seguidas para enfocar el cuerpo que se movía a su lado. Unos ojos miel lo miraron con confusión bajo un ceño fruncido.

   —Qué mierda... ¿Zayn?

El moreno bostezó audiblemente mientras extendía sus brazos sobre su cabeza y estiraba la punta de sus pies en un intento por desperezarse.

   —Buenos días a tí también —se quejó, su voz aún más profunda y somnolienta.

   —¿Qué mierda haces en mi cama?

El morocho soltó una pequeña risa entre sus dientes y se levantó unos centímetros sosteniéndose con los codos hundidos en el colchón, sus ojos estaban achinados y su rostro cargado de somnolencia.

   —Técnicamente es mi cama, aunque es el cuarto de invitados. Digo, tú la elegiste, pero yo pagué por ella —ladeó su cabeza para enfocar sus ojos en Louis—. Liam y Harry estaban en mi cuarto, llegué muy exhausto y no quería dormir solo así que husmee en las demás habitaciones hasta que te encontré aquí y decidí acostarme. 

Louis frunció el ceño nuevamente y su mirada recorrió la habitación corroborando que, efectivamente, estaba en el apartamento de Zayn y Niall. Los recuerdos de la noche anterior avanzaron por su mente como una película en cámara rápida. Harry. Harry y los chupitos. Harry y su crisis. Harry y el sexo en la ducha. Liam. Su charla hasta la madrugada. Liam y Harry en el cuarto de Zayn. Louis quedándose dormido mientras imaginaba cómo sería abrazar a Harry en la cama. 

Mierda.

   —Estás muy animado esta mañana —señaló Zayn con la barbilla hacia la erección bajo los ajustados calzoncillos de Louis—. ¿Harry no te dejó meter la polla en su culo anoche?

Una mueca de desagrado se formó en el rostro de Louis, Zayn era muchas cosas excepto delicado. Lo vio girarse hacia la mesita de noche a su izquierda, estirando el cuerpo a tal punto que su trasero quedó contra el muslo de Louis, supo que lo había hecho a propósito. Zayn alcanzó su móvil y tras encender la pantalla se quejó.