He contado cuánto tiempo ha pasado; 67 años en total desde que te fuiste y no regresaste, no te sorprendas si sigo queriéndote a ti. Las cosas sin ti no son fáciles, mi único soporte fueron mis sobrinos, hubiese sido maravilloso si hubieses vivido más, si te hubieses quedado conmigo. Siento que de algún modo mi longevidad es un castigo divino. Después de ese día en que fue Hansol, si hubiese sabido todo lo demás que vendría, jamás le hubiese dicho aquellas cosas a nuestros hermanos. Lástima, el hubiese o hubiera no es más que algo imaginario, es algo que pretende existir pero en realidad no lo hace, se queda viviendo en la mente y de ahí nunca sale, es una tortura.
Me pregunto todavía que les llevó a tomar esa decisión.
Un día antes de todo el desastre, Jisoo por fin me habló, después de cinco años donde apenas y nos mirábamos, me habló.
—Chan, Jun siempre te amó, espero algún día puedas perdonarme y comprender los motivos que nos llevaron a tomar las decisiones tomadas.
—Para ti soy Señor Chan —planeaba retirarme pero la ira y rabia contenidas quisieron salir—. Espero recuerdes que ser el consuelo nocturno de mi hermano no te convierte en mi igual, ni mucho menos lo hace el haber sido el hermano del hombre al que amo. No eres más que un simple sirviente y te morirás siéndolo, jamás estarás a mi altura.
—Siempre supe cuál era mi lugar, por eso me mantuve alejado mucho tiempo de Jeonghan. Se que nos odias pero todo se planeó para que fuesen diferentes las cosas.
—Ustedes dos sólo pensaron en ustedes. ¿No creen que ya están muy grandes para seguir con esto? Olvídense del tema, déjenme vivir en paz, suficiente tenemos con la guerra. Tengo 46 años y ustedes tienen 55, es mejor así. Creo que ya no tenemos edad para revivir cosas del pasado, déjalas morir como lo hiciste con él.
Él suspiró, no supe si estaba exasperado o decepcionado, lo único que hizo fue hablar con un tono calmo, el más calmo que jamás le hubiese escuchado, casi hacía parecer un susurro lo que me decía. Me transporto a cuando éramos niños y éramos ajenos al futuro.
—Espero puedas ser feliz por Jun. Adiós Chan.
Y definitivamente eso fue un adiós. Seguro él lo planeaba diferente, esperaba que jamás nos viéramos, que ellos vivieran su romántica historia de amor a los 55 y yo me quedase con la hacienda. Las cosas resultaron un tanto diferentes cuando a las tres de la tarde del día siguiente llegó la noticia.
—Chan, tu hermano está muy grave, está vivo pero grave. Debes venir, te mostraré todos lo papeles, podrás acceder a toda la información clínica. Es importante que tú y la familia se preparen para las implicaciones que le llevarán el haber sobrevivido a tal desventura.
Escuchaba a uno de mis amigos de profesión, una que jamás había ejercido como protesta hacia Jeonghan y toda mi familia. No quería ser médico si no tenía a mi paciente favorito conmigo. Fue inmaduro pero incluso con el tiempo ya avanzado, seguía sin sentirme arrepentido. Ahora creo que cuando se es joven, nunca se es suficiente maduro y nunca se encuentra uno preparado para lo que la vida implica.
—Me dijeron que no iba solo.
La línea quedó en silencio unos segundos, ni siquiera la respiración de la otra persona se oía.
—Sobre eso...será mejor que lo charlemos acá.
—¿Murió? —escuché un suspiró.
—Sí Chan, lo lamento. Se que era alguien muy especial para los Yoon, sobre todo para Jeonghan que era su mejor amigo. Realmente lo siento mucho —recuerdo que sentí una especie de regocijo por ello. Mi corazón egoísta estaba feliz de ver que el famoso karma existía.
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Rosa
FanfictionEl papel, la tinta, los árboles, las manzanas y aquella hacienda en general son testigos del amor y sus adversidades. Jun adora a Chan y solo desea compartir sus días con él en un mundo terrible por ello decidió a esperar por su amado incluso si es...