—¿Cómo sabes que sientes a Dios abuela? —preguntaba el pequeño Jacob de cinco años.
Su abuela bordaba mientras el pequeño degustaba una taza de chocolate que recién su abuelita le había preparado. Solía salirse a sentar al mismo lugar todos los días a tejer, mientras su pequeño nieto la acompañaba y ella aprovechaba para hablarle de Dios.
Su corazón albergaba gran pena, sabiendo que sus dos hijos: Alina y Facundo se habían perdido entre los vicios del mundo.
—No hay una explicación que entiendas, pero solamente lo sabrás. Habrá algo en tú corazón que no tendrá explicación y allí sabrás que se trata de Dios —respondió volteándolo a ver.
—¿Pero por qué no lo puedo ver? —preguntó el pequeño.
—Porque él es omnisciente, quiere decir que es tan grande que está aquí ahora con nosotros y con muchas personas en el mundo al mismo tiempo. Pero lo puedes ver cuando ves a otras personas, y lo más importante lo puedes sentir como sucede con el viento.
—No lo entiendo abuela, no lo entiendo. Creo que estás un poco loca —respondió el pequeño dándole un trago a su chocolate.
La abuela solamente sonrió y lo volteó a ver, cerró los ojos y disfrutó la brisa que soplaba en ese momento.
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Entre 2 billones de Galaxias
Teen FictionRaisa y Jacob, desde su infancia, son dos almas destinadas a encontrarse. Raisa proviene de una familia cristiana y Jacob de una familia con problemas de drogadicción y en dónde Dios, no ha sido precisamente algo más que una palabra. A pesar de su...