Capítulo 20

215 26 1
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No me sentía cómodo con lo que había sucedido, por muy mal que me cayera el papá de Raisa lo respetaba, porque sabía perfectamente que de él dependía la única relación que tenía en mi vida y que sabía, valía la pena

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No me sentía cómodo con lo que había sucedido, por muy mal que me cayera el papá de Raisa lo respetaba, porque sabía perfectamente que de él dependía la única relación que tenía en mi vida y que sabía, valía la pena.

—Me debes una guapo —dijo Sofía.

No me hizo gracia, pero tenía razón. De no ser por su oportuna intervención quizás la cosa no hubiese salido tan bien y en vez de un: "te veo el domingo" hubiese sido: "no te vuelvas a acercar a mi hija"

—En realidad solamente saldaste tú deuda —agregué.

No lo había pensado antes de decirlo, fue como si en ese momento mi lengua se hubiese movido ante una situación que mi cerebro no había preparado.

—¿De qué hablas? —preguntó confundida.

Una sonrisa extraña acompañó la pregunta.

—Atropellaron a la amiga de Raisa, me ocasionaron un problema. Esto fue solamente el saldo de esa deuda —agregué.

Para ese momento ya había analizado muy bien la situación, y sí. Yo estaba ganando.

—No se te ocurra salir con eso, lo de la deuda la saldamos cuando aceptamos a tú noviecita en el "grupo de amigos" sabes que no me hace ninguna gracia ser amiga de la competencia.

—Saldaron las consecuencias, no el hecho de haber atropellado a la gordita.

—¡Ni siquiera es tu amiga! —exclamó.

Sofía se veía molesta, pero no me interesaba. No iba a permitir que una mujer me chantajeara.

—Lo es de Raisa y eso me basta.

—¡Raisa, Raisa, Raisa! —exclamó nuevamente moviendo sus brazos al mismo tiempo que pronunciaba su nombre—, estoy harta de escuchar ese nombre en tus labios. ¿Sabes por qué? Porque tú ni siquiera le has dicho la mitad de las cosas que has hecho. ¿O sabe que además de atender este negocio, vendes un polvito que hace a todos volar? ¿Le has dicho sobre las apuestas? Todo es un engaño Jacob, dices que la quieres, pero bien y la gozas conmigo.

Entre 2 billones de GalaxiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora