Una amistad malhumorada

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Era un nuevo día en la vida de nuestro héroe calvo y como siempre se levantaba temprano para empezar el día con un buen desayuno, una vez terminado saldría de casa para cumplir sus horas de servicio comunitario. Iba por todo el pueblo buscando ponis a los que ayudar ya que así indicaba el trabajo, ayudar a quien lo necesite, siguió buscando en el pueblo para ver si alguien necesitaba ayuda con algo sin embargo no tuvo tanta suerte hasta que se encontró con la alcaldesa.

-Hola Saitama- le saludo amablemente

-Hola, usted era la alcaldesa-

-Así es ¿Cómo te encuentras?-

-Aburrido como siempre ¿Usted?-

-Bastante agitada, tengo mucho trabajo por hacer-

*Al fin, una persona que necesita ayuda* pensó nuestro héroe aliviado -yo te ayudó-

-Oh, no es necesario, no quiero molestarte-

-Eh, estoy de servicio comunitario para ayudar y se supone que debo ayudarte-

-Oh, cierto, bueno sígueme- Saitama obedeció y le siguió como pedía

Ambos fueron a la alcaldía y se dirigieron a la oficina de la alcaldesa para ver una pila de papeles, nuestro héroe solo suspiraría con fastidio al ver el trabajo que tenía que hacer y decidió comenzar. La alcaldesa le dijo que necesitaba ayuda para clasificar cada uno de los papeles mientras la alcaldesa los firmaba.

*Esto es una tortura* pensó queriéndose tirar por la ventana aún que sabía que no le haría nada la caída

Después de un par de horas finalmente terminaron con la gran pila de papeles, cosa que pondría feliz a nuestro héroe por terminar finalmente, esa horrible experiencia le hizo recordar a cuando era joven e iba a la escuela uno de los profesores de Química le puso un trabajo tan largo que le costó varias hojas y le hizo desear más de una vez tirar el trabajo al tachó de basura.

-Por fin acabamos, gracias Saitama, por ti termine más rápido que antes-

*No quiero hacer esto nunca más* -¿Siempre es así?-

-En realidad hoy solo fue una pila, por lo general son más de una y siempre termino súper tarde, me paso casi la mitad del día aquí sentada- se baja de su silla para hacer estiramientos mientras pensaba algo *usualmente estar tanto sentada hace que sienta mi trasero cuadrado, debería conseguirme una silla más cómoda*

-Bueno, que tenga buen día, me retiro- se da la vuelta para retirarse de ese cuarto del infierno para nunca volver a ver esos malditos papeles *y pensar que antes de ser así de fuerte iba a trabajar de un oficinista* antes de salir es detenido por la alcaldesa -¿Qué pasa?-

-Tengo algo para ti por tan buen trabajo- de uno de los cajones de su escritorio saca una bolsa que se la entrega a nuestro héroe

-¿Qué es esto?- al abrir la bolsa, vería que eran Bits

-Es tu recompensa, disfrútala-

-Oh, muchas gracias señorita alcaldesa- le agradece con una sonrisa, cosa que hace sonreír también a la alcaldesa

-jeje, no hay de que-

Después de eso Saitama salió de la alcaldía para caminar un poco y relajarse después de ese trabajo con la pilas de papeles, miro la bolsita que levitaba gracias a su magia. Se sentó en una banca cercana para descansar mientras pensaba que hacer con su dinero recién obtenido pensando en diversas ofertas.

EL HEROE DE EQUESTRIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora