CAPÍTULO TRES

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Mis ojos se pasean por su cuerpo que puede sacarme varios centímetros. Me fijo en sus fuertes piernas, su tonificado pecho totalmente deseable donde tiene unos grandes brazos cruzados, y me pierdo en sus ojos azules.

Hasta que reacciono, vuelvo a mirarle de arriba hacia abajo y me doy cuenta que va mojado y con una sola toalla en su cintura.

Automáticamente noto mis mejillas arder.

-Yo... Esto... Verás, sólo estaba... Espera, espera. Estoy en mi habitación, así que yo debería preguntar quién eres y qué haces aquí. Que por cierto, no deberías ir por la casa con tan poca ropa.

Se acerca a mí, seguro que pensando que voy a retroceder. Pues no, no voy a dejar que me vea como una chica intimidada con su cuerpo.

-Estoy con tan poca ropa porque venía a por ella, no pienses que te iba a dejar disfrutar de las vistas; si querías saber mi nombre sólo hacía preguntar, no tenías que haber soltado esa excusa. Soy Jack Anderson, un placer, monada; y estoy aquí porque es donde duermo desde hace unos días y donde seguiré durmiendo hasta que me vaya.- Dice como si nada el capullo.

-Oh, pues genial. En una hora te quiero fuera, aquí duermo yo. Aunque mejor. Que sea en media hora.- Digo alejándome de él yendo hacia la puerta y guiñándole el ojo al salir.

Justo en la puerta me encuentro a Tom mirando la escena divertido.

Menudo capullo, pienso para mis adentros.

-Vaya, vaya... Veo que ya os conocéis. Carly, él es mi mejor amigo, Jack, que por asuntos personales decidió pasar las vacaciones aquí. Y Jack, ella es mi pequeña prima Carly, quiero que la trates como toda una reina. Aunque si no es mucho pedir me gustaría que sea vestido. Mientras tanto, tú y yo nos vamos.- Dice Tom empujándome fuera de allí.

-Primo, ¿por qué no me has avisado antes? Casi le salto a la yugular cuando se acercaba a mí.

-Nenita, has saltado del coche antes de que Tony lo hubiera parado, ¿qué esperabas? Y por Jack no te preocupes, es un buen chaval, ya verás, estoy seguro que os llevaréis genial.

-Sí... Seguro que sí...-Digo mirando hacia las escaleras.- Tom, voy a darme una ducha, ¿tienes tu teléfono aquí? Es que me gusta escuchar música mientras lo hago y siento morir cada segundo que pasa sin mi teléfono ni mis auriculares.

-Claro, toma, cuídalo bien y dámelo de vuelta nada más salir- Dice pasándome su gigantesco móvil.

-¡Muchas gracias, eres el mejor!- Digo mientras bajo corriendo las escaleras a por mis maletas.

Una vez todo organizado en el baño, Crazy in love de Beyoncé preparada, me meto dentro del agua relajándome después de tantas horas sin un momento de privacidad.

-¡¡Got me looking so crazy right now, your love's got me looking so crazy right now...!!

-Your touch got me looking so crazy right now...- Una voz acompaña a la mía.

¿Qué?

Un momento... ¿QUÉ?

Asomo de forma lenta la cabeza por la cortina y me encuentro a ¿Jom, James...? ¡Ah, ya! A Jack con un cepillo en la boca siguiendo la letra de la canción. ¿Qué se cree que hace?

-¿PERO QUÉ CREES QUE HACES?

-Cantar contigo. Esta canción me gusta. Y oye, tienes buena voz, rubita.- Dice con una sonrisa, juguetona mientras encoge los hombros.

Estoy en shock. Y se queda como si nada cantando evitando mi mirada asesina hacia él.

-Bueno... Ya que veo que me harás compañía por un rato, ¿podrías, por favor, pasarme el albornoz que está encima del retrete?

-¿El que está debajo de las braguitas de Batman?

Necesito paciencia. Urgente.

-Sí, dámelo anda.-Digo totalmente tímida.

-No quiero.- Y sigue cantando.

Le llamo pero me ignora, aunque sé que me escucha por la pequeña sonrisa que sale de sus labios. Como veo que no tiene intención de hacerme caso le tiro mi esponja, que da justamente en la toalla. Abriéndola. Creo que un tomate es más pálido que yo en estos instantes. Sobre todo en el momento en el que una voz resuena por todo el baño.

-¿ALGUNO ME PUEDE EXPLICAR QUÉ PASA AQUÍ?

Cambio de sentidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora