- ¡Yoonie! te hice pastelitos
- ¡Deja de darme cosas!
El cree que no lo quiere, se esfuerza mucho para que sus regalos terminen siendo tirados o rotos, pero no sabe que oculta algún secreto que es la razón por la cual no lo a aceptado.
→ YoonSeok...
Mucha gente había en la cafetería de la escuela, Yoongi estaba con sus amigos platicando y comiendo, estaba tan tranquilo, solo quería terminar las clases para ir al parque a jugar baloncesto con su equipo.
Por otro lado estaba Hoseok muy nervioso por lo que diría, de verdad quería aunque sea tener alguna oportunidad, solo recordaba que tres veces Yoongi había aceptado los regalitos que le daba, pero después solo comenzó a rechazarlo y a odiarlo, no comprendía pero no se rindió, gasto dinero, papel, se quemó sus manos solo para poder preparar algo diferente cada día por dos meses. Si que era estúpido todo lo que hizo cuando estaba en claro lo que en algún punto de la historia sucedería.
— Yoonie – se acercó muy nervioso pero con una sonrisa – Te... Te traje un pay y una cartita, espero que te guste
Un fuerte ruido se escuchó, se quedó en shock, el pay estaba en el suelo junto con el recorte que tanto esfuerzo le había puesto, sus ojos se aguadaron al ver tal acción por parte del mayor.
— Y-Yoon...
— Creí decirte que no me mandaras cosas
— Era un pay...
— ¡No me importa que mierda haya Sido! – Empujó al menor y lo miro con rabia – ¡Deja de molestarme, maldita sea!
— Era de queso... – Seguía diciendo escurriendo en lágrimas.
— ¡Solo vete! No quiero nada de ti, estás enfermo
— L-Lo hice con mucho amor...
Yoongi se quedó callado y miro seriamente a Hoseok, este último se fue corriendo llorando, no podía con la humillación, todos los veían y una vez que se fue de la cafetería las miradas de posaron en Min. Igual no tardó en irse de la cafetería, se había deshecho por completo de aquel chico que solo quería darle su amor, como deseaba que las cosas fuesen diferentes, que no tuviera que rechazarlo y haber echo eso, tener una bonita relación sin sentir aquella presión de su familia y de la sociedad, sin que reciba golpes cada vez que tenga algún obsequio del menor.
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Llorar era lo único que hacía en su cuarto, todo se había acabado, ya no se esforzaría, se alejaría por completo de Min Yoongi y se concentraría en tener una vida fuera de hacer pastelitos que no fuesen para el negocio de su madre, había gastado mucha haría que pudo haber servido para producir más dinero, pero no... Solo la gasto en aquel chico que desde un principio le dijo que se alejara.
— Y-Ya no quiero estar enamorado... – Decía mientras agarraba un peluche con sus manos, un pequeño gatito de felpa – ¿Por qué tiene que doler, señor chuzy?
Seco sus lágrimas y siguió recostado en la cama pensando en cómo había terminado enamorado de un estúpido. Lo malo de hacer pastelitos es que no se sabe quién puede recibirlos.