ESPECIAL 2022

337 69 21
                                    


La nieve cubría la la vegetación, el verde quedó atrás para dejar un manto blanco y con ello, el invierno se presentaba adornado de luces pequeñas alrededor de los hogares.

Cinco años parecían nada después de la gran guerra entre Kracks, humanos y viceversa. El gobierno implantando nuevas leyes, los humanos aceptando poco a poco la nueva especie, inclusive la paz podía olerse como pan recién horneado cuando caminaba por las calles.

Osaka era una pequeña pero alegre ciudad. Después de mudarse hace un año, era la primera vez que pasaría las fechas decembrinas rodeado del mar y con los fuegos artificiales, era por ello que Seokjin cargaba un par de bolsas con adornos típicos.

Cuando llegó a su pequeña casa a las orillas del mar, sacudió su abrigo por la nieve y entró quitándose los zapatos, mientras escuchaba las voces familiares.

— ¡Estoy en casa!— Anunció.

— ¡Papi!

En un parpadeo, un pequeño niño que le llegaba a la cintura, apareció frente a él mostrando su enorme sonrisa heredada de su padre y sus bonitos ojos azules brillando como el mar en verano.

Yeonjun creció sus primeros cinco años en la base militar de Tokyo para ser estudiado un poco más cerca y comprobar que no era una amenaza a la humanidad, debido a los poderes extremos que tenía guardado. No conocío la luz del sol y Seokjin sentía que su corazón se estrujaba cada día cuando su chispa infantil parecía apagarse poco a poco. Por ello, imploró al gobernador de Japón darle la custodia completa al ser su progenitor, con la responsabilidad de mantenerlo vigilado. Es así, como ganó su custodia total y ése año fue la primera vez que disfrutaba del mundo.

Dejó las bolsa a un lado y procedió a tomar el pequeño cuerpo de su hijo en brazos para darle un sonoro beso en la mejilla y hacerle cosquillas con la nariz en el cuello para arrancarle carcajadas, acción que calentaba su pecho de tanta felicidad que podría explotar.

Seokjin entró a su pequeña sala para saludar a cierta rubia que se convirtió fácilmente en su mejor amiga.

— ¿Cómo se ha portado?

Hyuna sonrió como una enamorada.

— Bien, aunque es difícil contener su curiosidad. Estuvo a punto de lanzarse al mar, pero nada que un niño de su edad no haría ¿Verdad, Junie?

El pequeño escondió su rostro en el cuello de su padre, avergonzado de las incriminaciones en su contra.

Seokjin sonrió.

— Gracias por cuidarlo, Hyuna.

— No hay de qué— Miró su reloj de mano. — Bueno, me tengo que ir, Dawn me está esperando.

Seokjin acompañó a Hyuna a la puerta, donde la despidieron agitando sus manos.

— ¿Ya comiste?

Yeonjun asintió.

— La tía Hyuna me preparó unos emparedados.

Seokjin asintió y se dirigió a la sala donde colocó a su hijo en el sofá para ir por las bolsas.

— ¿Qué es eso, papi?

Señaló el niño.

— Son adornos de navidad ¿Recuerdas que te hablé de ello?— El pequeño asintió emocionado mostrando sus dientecitos. — Bueno, decidí que era una buena idea si me ayudabas a colocarlos por toda la casa ¿Te parece?

— ¡Sí!

Yeonjun brincó sobre el sofá y rápidamente comenzó a sacar todo de las bolsas, tocando, oliendo y jugando con ellas.

S E R A P H  ² 【TAEJIN】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora