Caminando en los pasillos de un palacio de un antiguo clan, dos Kracks esquivaban los cadáveres casi devorados y cuidando de no pisar el suelo cubierto de sangre hasta llegar al trono donde su majestuoso monarca descansaba.Su rey usaba un kimono negro con bordados en carmesí donde un dragón se enredaba por su cuerpo desde las piernas y posaba su cabeza en el hombro derecho. Por debajo del kimono se podía ver unos jeans rasgados en el mismo color, apretándose con fuerza a sus muslos; por otro lado, las marcas negras en el cuerpo como tatuajes le daban un aire poderoso con su distintivo cabello rojo brillante y ondulado, cayendo con gracia por su espalda, mientras una Krack hembra trenzaba en pequeñas partes alrededor de ello. Su rostro, apenas visto, era tan masculino y atractivo, desde la mandíbula afilada, los labios delgados, la nariz punteada y los ojos rasgados con dos pupilas flameantes, observándolos a ambos como un león en la oscuridad.
Por algo fue nombrado con rapidez como el emperador triste, debido a su búsqueda incansable de un humano que no hizo más que incrementar la muerte en sus manos, puesto que quienes eran seleccionados para su búsqueda y fracasaban en el intento eran asesinados a sangre fría.
Ambos se inclinaron como símbolo de respeto y temor ante la imagen de Taehyung desparramado en su trono.
— Mi señor.
— Espero que hayan venido a traerme noticias.
Ambos levantaron la vista tras escuchar su voz grave y rasposa.
— Los humanos están preparándose para el ataque en los límites de la zona Aka y Midori, incluso se habla de una unión con la Santa Trinidad.
Taehyung apretó la mandíbula y abrió los ojos que hasta entonces mantenía cerrados.
— Esa no es la misión que les indiqué.
— Lo sabemos, mi señor, pero era un aviso de que-
Las palabras se quedaron en la boca cuando en un abrir y cerrar de ojos, la katana de Taehyung fue desenvainada solo para cortar la cabeza del Krack, manchando de sangre el rostro del otro quién se congeló en su lugar, puesto que nunca notó un solo movimiento del emperador.
— Tu compañero es un imbécil. Tienes suerte de seguir con vida. Así que, mueve tu asqueroso culo y busca a Kim Seokjin y no vuelvas hasta que lo encuentres.
— ¡Como usted ordene!
El Krack dio una última reverencia y se marchó en un chasquido.
La mujer que estaba peinando a Taehyung, posó sus manos en los hombros tratando de darle un masaje para relajarlo, mientras acercaba sus labios al oído del emperador.
— Está muy tenso, mi señor, ¿Desea que lo relaje un poco?— Preguntó mientras una de sus manos se atrevía a bajar de su pecho hasta su entrepierna.
Taehyung cerró los ojos y tomó con fuerza la muñeca de la mujer hasta que escuchó un crujido, acompañado de un alarido. Tiró del brazo para acercar el rostro de la mujer hasta que la tuvo a milímetros.
— Jamás en tu puta vida lo reemplazarás ¿Entendiste? Conoce tu lugar.
La mujer sintió la muerte cerca cuando notó el fuego del infierno arder en los ojos del emperador.
— Lárgate.
Ni bien lo terminó de escuchar, la mujer huyó por su vida. Taehyung era un imán potencial del apareamiento, pero no tenía tiempo para pensar en ello.
Taehyung se encontró pronto en el silencio donde tuvo más tiempo de recrear en su mente momentos y lugares que visitaría con su ángel una vez que lo tuviera en sus brazos. A él y a su primogénito, por quién debía suplicar perdón por comportarse como un imbécil. Cerraba los ojos y trataba de recrear hasta los detalles más pequeños de su rostro para no olvidarlo, sin embargo habían cosas que no recordaba más, como el calor de su piel, su olor, la forma de su cabello o el sonido de su voz. Apretó los ojos con fuerza tratando de traer a su mente esos recuerdos cuando las puertas de su aposento fueron abiertas de golpe.
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S E R A P H ² 【TAEJIN】
FanfictionDespués de tantos años de soledad, Taehyung, un Krack que trabaja para el gobierno como agente especial, por fin logra encontrar a su compañero destinado, Seokjin. Ambos se ven completamente enamorados más allá de la situación actual en la que se en...