Cinco

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Al día siguiente se despiertan muy entrada la mañana. Es Louis quien abre sus ojos primero y de inmediato suelta un bostezo enorme mientras se estira cual gato perezoso, sin embargo el cuerpo cálido y firme de Harry contra su espalda le impide realizar el acto en plenitud.

El movimiento despierta a Harry, quien con su maraña de cabello rizado y alborotado empieza a besarle el hombro y la espalda, reafirmando su agarre en su cintura.

Una cosa lleva a otra, el deseo es más grande que la sed o el hambre y entonces sus cuerpos vuelven a unirse en uno solo. Armonizan sin música, se comunican sin palabras y se entienden a la perfección. Louis gime el nombre de Harry en una plegaria pecaminosa que se queda grabada en su mente a fuego vivo.

Más, más, por favor, le pide Louis y él se lo da. Quiere quedarse así con él para siempre, quiere capturar ese momento y congelarlo en la eternidad. Siente en su interior un cosquilleo cálido que desconoce, no es solamente deseo carnal, sino algo más que no logra descifrar, pero que se intensifica cuando conecta sus labios con los de Louis, o cuando sus ojos celestes se fijan en los suyos.

Culminan juntos entre jadeos compartidos y sonrisas cómplices. Luego se levantan de la cama y se arreglan, sin poder alejarse demasiado el uno del otro, dándose besos casuales y efímeros, como si llevaran años haciéndolo.

"¿Quieres té?" le pregunta Harry después de alejarse de sus labios apenas un par de centímetros. Están de pie en la salida de su habitación, sus manos están enlazadas y él tiene que agachar su cabeza para alcanzar la boca de Louis por la diferencia de altura.

"Sí, por favor," le responde y se dan un beso más antes de ir a la cocina.

Afuera sigue nevando, pero no tanto como lo hizo en la madrugada. Sin duda la tormenta está menguando, y Louis lo nota cuando abre la puerta para asomarse afuera.

"Creo que hoy en la noche dejará de nevar. En la madrugada a más tardar," le dice Harry una vez que regresa y se sienta en el sillón.

"Oh... entonces, ¿Cuándo crees que... um, debería de irme?"

Se muerde el labio tras hacer la pregunta. En tan poco tiempo se ha acostumbrado a la compañía de Harry que la idea de alejarse de él le pesa. Desearía quedarse con él mucho más.

"Lo más seguro sería mañana después de mediodía. Para entonces ya no estará nevando más, pero habrá mucha más nieve que hace días, el camino puede ser más difícil por eso," le explica mientras prepara también el desayuno; salmón ahumado de reserva y unos garbanzos enlatados.

"Entonces... mañana..."

"Si el clima mejora, sí, supongo. Yo te llevaré a Yarikke."

Louis lo voltea a ver en cuanto le dice eso, con una sonrisa formándose en su boca.

"¿En serio? Yo... gracias. No estaba muy seguro de lograr volver allá completo de pies a cabeza yo solo."

Harry pone en la mesa las tazas de té negro humeante y luego dos platos de comida. Se sienta al lado de Louis después.

"Pues haré mi mejor intento. Me gustas completo de pies a cabeza así que sería terrible si perdiéramos una pieza en el camino."

Louis suelta una risita y apenas Harry aleja la taza de sus labios, le toma la barbilla con gentileza y gira su cabeza para que sus ojos verdes lo volteen a ver.

"También me gustas completo de pies a cabeza," le dice sonriente y coqueto para luego darle un beso corto.

Si Louis hubiera escuchado los mil y un pensamientos que pasaron por la mente de Harry en ese instante, se hubiera vuelto a arrodillar frente a él como la noche anterior, sin embargo, solamente se sonríen el uno al otro y proceden a desayunar manteniendo una charla amena y cómoda.

La Taiga - LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora