𝑹𝒆𝒘𝒓𝒊𝒕𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝑺𝒕𝒂𝒓𝒔 | Trollhunters: Relatos De Arcadia

35 | ❝ᴘʀᴇᴅɪᴄᴛɪᴏɴs❞

Durante todo este tiempo en que la reina del estimó cuestionaba su verdad y su pasado, un rey gom gom salió de las tierras oscuras dando inicio al malévolo plan de conseguir lo que en un principio se suponía era suyo.

Gunmar y el séquito que lo siguió —incluido Ditactius— desconocían la superficie nueva en la que estaban. Habían pasado siglos desde que Gunmar veía carne verdaderamente humana. Sabían que tenía un lugar donde podrían esconderse hasta recuperar las fuerzas que le fueron arrebatadas.

La orden de Janus

Un lugar lleno de cambiantes y seguidores fieles de Gunmar, aquellos que vivían por la noche eterna y la liberación de sus destinos. No era sorpresa para ninguno que no tuvieran respeto por la familia que hacía vigía a los destinos.

—Por aquí mi señor — indicó Otto, uno de los más grandes cambiantes reconocidos del mundo, antes que Stickler y Nomura.
—Por siglos, nos preparamos para su regreso. Incluso creamos una réplica exacta de su trono.

—¡Llevó mucho tiempo sentado! — exclamó el carnicero.
—Tengo hambre y este lugar solo huele a impuros. ¿Dónde está la carne fresca?

—Infralord, le he conseguido una muestra de algo muy especial. Algo que podría rejuvenecerlo.

Gunmar se sentó en su trono. Otto trajo una base cubierta por una manta, al destaparla el fragmento de piedra corazón vivo —extraído de Mercadotrol— resplandecía dándole un deleite a los ojos del GomGom.

—Piedracorazón viviente —Murmuró Gunmar saboreando aquel fracmento.

—¿Qué? ¿cómo la cosmeguiste? —intervino Ditactius sin optener respuesta de alguno.

—Disfrútelo Mein Káiser. Necesita estar fuerte para tomar lo que alguna vez le fue arrebatado —Llevó la pieza de Piedra corazón como ofrenda. El rey de las tierras oscuras lo tomó entre sus manos absorbiendo por completo su energía, pero no era suficiente.

—Necesito más —exclamó cuando toda la energía del bastón fue absorbida dejándolo como un fragmento de piedra más.
—Una probada no es suficiente.

—Conseguiremos más, iremos a mercadotrol de inmediato —Sugirió el trol ciego.

—no nos precipitemos, podríamos sufrir el mismo destino que su hijo —sugirió Otto

—¿Te atreves a hablar así de Bular? —Regaño Ditactius entre dientes.

—Bular fue impulsivo — defendió Gunmar a él impuro.

—¿Pará qué tomar mercadotrol si se le puede ser entregado?

—Yo no escucharia al impuro.

—¡Silencio! —setencio Gunmar.
—Te escucho... Consejero. Dime como va a caer mercadotrol.