Pequeña Asesina.

6

Los moretones que tenía en el rostro no habían desaparecido, sin embargo la fiesta de compromiso sería en un día. Se quedaba mirando hacia la nada, nunca supo que era el calor de una familia, lo más cercano a eso que tuvo fue Neji un hombre tan bueno con ella que jamás le había puesto una mano encima, así que las disculpas del Uchiha y los miles de arreglos con flores no servían de nada.

Naruto y Sasuke estaban por mandar el próximo cargamento esa tarde habían arreglado los planos pero algo les faltaba.

—La golpeaste demasiado, yo se que quieres enseñarle a que te respete pero trata de ser más gentil.—

—Ya se, no tienes que recordarmelo.— respondió el Uchiha encendiendo un cigarro— ya concentrate, tenemos que buscar una nueva ruta, mi hermano esta metiendo las narices donde no debe y ya nos bloqueo la ruta de siempre.  —

—Estúpido y metiche. Mala combinación.—

Sakura los observo desde la entrada, el Uchiha sintió un escalofrío que recorrió su espalda y la miró confundido  ¿Quien era ella realmente?

—¿Necesitan ayuda?—

—Saku... si ven siéntate. — Naruto le acercó una silla y le sirvió un trago.

—No creo que deba participar en esto.—

—Se lo debes, Sasuke... tal vez necesitamos otra opinión.— desenrolló unos planos y le explico lo que sucedía. — Necesitamos  pasar la mercancía pero tenemos visitas de este lado. Acá donde se ve esta grieta está Akatsuki así que también esta bloqueada, ellos también enviaran mercancía mañana.—
La pelirosa tomo uno de los teléfonos que tenían en la mesa, ninguno tenía rastreador así que sería sencillo trabajar su plan. Deidara "la muñeca" había pertenecido a ese grupo pero al Sakura ofrecerle el doble de dinero los abandono así que tenía algún contacto en su teléfono.

—¿Que harás sakura?— pregunto el Uchiha.

—Calla y observa— Marcó un número y enseguida alguien contesto.— La DEA hará una requisa en su zona, la de el halcón está libre, pueden pasar por ahí.—
Colgo el teléfono y enseguida abrio su computadora, siguiendo los planos de Naruto hizo unos nuevos con zonas específicas de donde podría pasar. Los imprimo y se los entregó.

—Ya tienes una nueva ruta, nadie sabe que Akatsuki operaba allá así que desde ahora ese lugar es tuyo. — Sakura encendió un cigarro y se recargo en la ventana.— sólo espera a que la DEA les caiga, tal vez a esta hora mañana estés festejando que tu imperio sera más rico que antes. —

—¡Es una genio! ¡Joder! ¿Donde me consigo una así?— Naruto quiso abrazar a Sakura pero Sasuke lo detuvo.

—Ni se te ocurra, busca a la tuya.—

Sasuke la tomo de la barbilla y la beso con pasión.

—Te mereces un premio por tú aportación. ¿Quieres un auto nuevo?—

—Quiero ir a la iglesia, pero quiero hacerlo sola. —

Sasuke la miró entre dudando y aceptar, al final de cuentas ya le había demostrado su lealtad.

—Esta bien, solo esta vez. —

Sakura sonrío y lo volvió a besar. Tomo su velo saliendo a toda prisa como si fuera una chiquilla a quien le hubieran dado caramelos.

Cuando llegó entró hasta el recinto donde el padre oraba todas las tardes. La estaba esperando, ella se hincó y se cubrió la cabeza con su velo.

—Mi señor le traigo lo que me ha pedido. Una ofrenda que es digna de usted. —

—Te escucho hija.—