Pequeña Asesina.

13

¿De que color son los sueños? ¿De que color son las ilusiones? ¿De que color es la realidad?
Esa tarde se quedaron en el hospital, aunque realmente Sakura estaba bien como si se hubiese tratado de algún dolor abdominal. Sasuke le aviso a Itachi y el le pidió a su esposa que le ayudara al Uchiha menor con lo que necesitará pues él tenia que regresar al trabajo.

—Esta semana es la última que trabajo acá. Me voy a mudar a Londres con Sakura—

—¿Estas seguro de que es lo qué realmente quieres? Trabajaste mucho para conseguir el puesto en el que estás   —

—Quiero pasar tiempo con mi bebé y con ella. No quiero ser un padre ausente.—

—Sasuke, tú sabes que...—

—¿Enserio vas a seguir defendiendola después de lo que le hizo a mi papá ? —

—Mamá ahora está descansando, aunque ella ya no recuerda nada de su pasado, aun preguntar mucho por ti.—

—Para mi se murió el mismo día que mi papá así que no me hables de ella.—

—Hermano.—

—Te lo he dicho ya, Me iré con Sakura y no voy a volver. Solo asegúrate de poner a Naruto en mi lugar, él se merece el puesto.—

La verdad es que la madre de Sasuke estaba internada en una clínica de salud mental, pues tenía un Alzheimer muy avanzado y necesitaba de muchos cuidados. Sasuke se había criado a sombras de Itachi  y siempre estaba tratando de ser mejor que él pero su madre no dejaba de compararlo y tratarlo mal. Fue su padre quien sano las heridas de su pequeño y joven corazón. El hombre más cálido y amable  que pudiera conocer. Un cáncer a temprana edad apareció y él decayó bastante.  Fue una tarde de verano, mientras volvía de la universidad, en la habitación de arriba se escuchaban gemidos. Subió los escalones con calma, cuando abrió la puerta vio a su madre manteniendo relaciones sexuales con otro hombre. Y se rompió en mil pedazos por qué cuando corrió a la habitación de su padre, él ya había muerto sin un alma que ayudara a que su agónico corazón no se sintiera solo.
Así fue como Sasuke nunca pudo perdonar a su madre. Se volvió violento y frío, no le importaba nada, pero ahora por fin tenía su propia familia ahora sería padre y eso lo hacía infinitamente feliz.

A diferencia de él Sakura había pensado en todo lo que su mente había creado pero prefería no hablar de ello y fingir que era algún ataque de ansiedad o estrés.

Izumi se había quedado con ella a Sakura no le agradaba la idea pues desde que llego le noto un ligero aliento a alcohol y eso la puso nerviosa. Su vestimenta parecía haber salido del cabaret más vulgar de la zona, miraba su celular y se reía con descaro.

—Señora Uchiha, el medico le hablando dado el alta así que ya puede irse.— dijo una enfermera mientras le quitaba el suero de la mano.

—Gracias señorita.—

—¡Al fin!— Grito Izumi levantado las manos en señal de gusto— Ahora si podré ir a conocer tu mansión, Sakura.—

—Deja de hacer tanto ruido y vamonos.—

La llevaron hasta el estacionamiento en silla de ruedas y allí subió con cuidado. Tras varios kilómetros y justo a una cuadras de llegar a casa, Izumi saco una botella de licor y comenzó a beber.

—¡¿Que demonios haces?! No puedes beber mientras conduces.— dijo Sakura intentando quitarle la botella.

—Ay ya, deja de ser tan santurrona. —

Comenzaron a forcejear haciendo que Izumi perdiera el control del auto hasta estamparse contra otro auto.

—Imbécil te lo dije— Sakura se había golpeado la nariz contra el tablero del auto haciendo brotará sangre de inmediato.