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—Que el cielo me proteja de mis pecados, que las deidades me llenen de su calma y que dios me perdone por lo que voy a cometer.—

La mañana del dia siguiente fue la más cálida de todas, había un sol maravilloso que iluminaba todo el lugar. Las frutas más fresas y jugosas eran vendidas en el mercado, había niños camino a la escuela en espera del festival para las madres y también para la procesión de nuestra señora de la misericordia.

—En las dudas y decisiones guiame.— susurro la uchiha mientras se arreglaba el cabello para luego colocarse el velo negro y tomar su rosario.

— ¿Saldras?— pregunto el rubio mientras la examinaba por completo, si había algo más bonito que una virgen era ella, la misma Sakura.

—Quiero ir a orar antes de que comience la procesión.—

—Iré por ti más tarde, Sakura.—

El colegio de la virgen de la misericordia era muy grande, Sakura se había criado allí cuando se convirtió en adolescente así que no sería difícil entrar.

—Madre superiora.— saludo desde la entrada.

—Mi niña, cuanto tiempo. Mírate estas enorme ¿como te ha ido?—

—Dios me bendice con la dicha de ser madre —La pelirosa sonrío tocando su vientre.

—Alabado sea cristo.—

— Madre le he venido a pedir un favor.—

Con cautela Sakura recorrió cada salón en busca del pequeño Inojin. Nunca lo había visto pero después de la descripción que la madre superiora le dio fue más fácil localizarlo.

—¿Tú mamá te quiere mucho cierto?—

—si, mi mamá es la mejor de todas. —

—¿Me dejas abrazarte?—

Era tan rubio como su madre y tenía los ojos azules, un niño con las mejillas rosadas y una sonrisa preciosa en su rostro.

—Madre superiora me dijeron que me estaba buscando...— Dijo Ino desde la entrada quedándose perpleja al ver a Sakura y a su hijo juntos. — ¿Que haces aquí?—

—Quería conocer a tu hijo, es muy lindo y dice que eres una gran madre.—

—Aléjate de él. Ni se te ocurra tocarlo por qué con una llamada hago que toda la policía Nacional llegue en menos de diez minutos.—

—La policía Nacional está en un reten así que no van a poder ayudarte. Dime Ino... ¿de verdad creíste que no te iba a descubrir?—

—Por favor deja a mi hijo, me iré del país y no te voy a molestar más pero déjalo ir.—

La rubia suplico a tal grado de hincarse ante Sakura, los ojos se le llenaron de lágrimas. El pequeño no entendía lo que pasaba, se recargo en el pecho de Sakura y mientas lamia tranquilamente su caramelo ella le dio un beso en la frente y acaricio su cabello.

—Te dije que no quería accidentes y según tu computadora estas filtrando información mía. —

—No diré nada, te juro por mi vida que me voy a desaparecer pero por favor, no le hagas nada a mi hijo.—

—Lo siento Ino ya tienes mucha información mía.—

La música en las calles había comenzado, todos estaban en la procesión  y el plan de Sakura estaba en su punto medio. 

—¿Escuchas? Ya comenzó la procesión, anda Inojin ve con mami, pero antes dame un  beso.—

—Si señora Sakura.—

Pequeña Asesina. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora