Cartas sin destino [Chanbaek]

Epílogo

-Adiós, papá- la pequeña Misuk se encontraba ya acostada y bien tapada, lista para dormir, pero obviamente tenía que despedirse de sus padres antes, por eso Chanyeol le dio un gran beso en su mejilla gordita- Adiós, papi- con mucho cuidado Baekhyun se inclinó y le dejó un dulce beso en su pequeña frente- Adiós, hermanito- y finalmente Misuk dejó un pequeño beso en la barriga de cinco meses de Baekhyun como venía haciendo últimamente todas las noches antes de dormir.

Su matrimonio iba de maravilla, ambos estaban tan pero tan contentos y enamorados, queriéndose y amándose como cuando eran un poco más jóvenes, realmente así se sentía, perdidos y ensimismados en su burbuja de amor, ya sea en las noches en su habitación entregándose completamente como el primer día o en algún momento del día donde abrazados con los rostros muy cerca compartían tiernas palabras, casi entre susurros, y Misuk muchas veces intervenía porque quería atención y porque papi ya había estado mucho con papá y que ahora era ella quien quería estar entre los brazos del más alto mientras frotaban sus narices.

El segundo embarazo de Baekhyun fue obviamente más que bien recibido, porque fue completamente buscado, no era algo fácil de lidiar ya que nada podía compararse con el embarazo de Misuk, estaba cien por ciento seguro que la barriga que tenía a los cinco meses era incluso más grande que cuando dio a luz a la niña y a veces se sentía incómodo o le costaba moverse, Chanyeol amando la experiencia de convivir junto a su lindo y embarazado esposo, a veces sintiendo alguna molestia en su pecho al pensar en todo lo que se había perdido con Misuk cuando todavía estaba en el vientre de su papi, pero no podía sentirse más afortunado cuando llegaba del trabajo y se reencontraba con esas personitas que eran su vida entera, muriendo de amor cuando los encontraba a ambos durmiendo plácidamente en la gran cama de su habitación con Misuk abrazada al vientre de Baekhyun mientras hacían ligeros soniditos entre sueños.

Los cambios de humor afectaron al más bajito, podía pasar de estar sumamente feliz al borde del llanto en sólo un segundo, realmente estuvo triste cuando Misuk había dejado de tomar de su pecho y más cuando le dijo que esa leche ahora era de su hermanito y que ya era una niña grande de cuatro años, aunque Baekhyun sospechó que era una excusa, porque Misuk le dijo también que ahora le gustaba más el té con leche que su papá le preparaba, por eso cuando Baekhyun recordaba aquello no podía evitar dedicarle un ceño fruncido junto con una mirada asesina a su esposo. Chanyeol pasó muchas noches consolando y apoyando a un esposo sollozante, diciéndole que todo estaba bien y que era algo que iba a pasar en algún momento pero el más bajo no dejaba de derramar lágrimas diciendo que Misuk estaba creciendo muy rápido y que quería conservarla chiquita para siempre. Definitivamente Chanyeol tendría que lidiar con tres bebés dentro de poco. El bebé más grande, la bebé mediana y el bebé más pequeño.

Cuando Minki llegó al mundo, fue una experiencia totalmente distinta para Baekhyun, si bien aquel dolor infernal volvió a atravesarle el cuerpo todo era mejor cuando Chanyeol le apretaba la mano y le susurraba palabras de aliento, diciéndole lo bien que lo estaba haciendo y lo mucho que lo amaba, también influyo y sirvió de mucho que la partera fuera una dulce mujer que parecía tener toda la paciencia del mundo, por lo cual Baekhyun estaba sumamente agradecido.

Aquel gran bebé, gordito y con grandes orejas los dejó enamorados, Misuk aunque un poco renuente al principio terminó observando a detalle a su hermanito, no entendía porque estaba tan rojo y porque no tenía cabello, pero finalmente luego de que el más pequeño se alimentara de su papá, removiéndose con un lindo puchero y con la mano hecha puñito, Misuk se acercó para dejar un beso pequeñito en la todavía más pequeña mejilla gordita de Minki diciendo que lo quería mucho. A Chanyeol casi que le baja la presión al ver aquella escena tan tierna aunque se contuvo y lo soportó bastante bien.

Minki era un bebé sumamente glotón que amaba tomar del pecho de su papá y estar en brazos, lo que era algo complicado cuando llegaba el momento de pasarlo a la cuna, porque rompía en llanto cuando no sentía el calor ni el olor de su papi Baek cerca, aunque inmediatamente se calmaba cuando su alto papá lo mecía en brazos tarareándole distintas melodías con su ronca pero a la vez muy relajante voz, le gustaba cuando su hermana le hablaba de un montón de cosas y cuando le hacía cosquillas en su pancita con besos tronadores, acción que le hacía sacar una linda sonrisa de bebé donde podían verse sus rosadas encías. Creciendo sumamente saludable con el paso de los meses, con un lacio cabello negro y una sonrisa con hoyuelos adorables, siendo bastante quisquilloso también ya que no le gustaba usar zapatos y siempre buscaba una forma de sacárselos, aunque estuvieran fuera se los sacaba y cuando volvían a la casa descubrían que Minki había perdido uno de sus zapatos, también era muy selectivo con quien se dejaba cargar en brazos, como cuando iban hasta el restaurante donde Yeol trabajaba y todos querían cargarlo o jugar con él, cosa que lo irritaba un poco y prefería esconderse en el cuello de su papi con el ceño un poco fruncido. A los seis meses cuando empezó a comer papillas, su favorita era la manzana rallada aunque casi siempre era más lo que terminaba en su cara y cabeza que lo que comía pero con el tiempo iría aprendiendo. Después de cada baño Misuk lo peinaba delicadamente y a Minki le agarraba muchísimo sueño y hambre así que siempre se dormía mientras tomaba del pecho de Baekhyun. El más pequeño no tardó en aprender a caminar y la casa se volvió un completo caos, con un estresado Chanyeol que estaba detrás de su hijo porque tenía miedo que se cayera y lastimara aunque Minki a veces caía siempre se levantaba para seguir correteando detrás de su hermana mayor, a quien seguía a todas partes. Sus horas de sueño eran un desastre pero nada que una dulce melodía de papá Yeol y leche calentita de papi Baek no pudieran solucionar, así que después de despedirse de su hermana con un beso volador, ya que a Misuk no le gustaba que su hermano le mordiera ligeramente la mejilla y dejándosela toda llena de baba, dormía unas horas hasta que se despertaba llorando porque tenía hambre.

Definitivamente Chanyeol y Baekhyun eran afortunados por tenerse junto a sus hijos que parecían crecer más con cada segundo que pasaba. Tuvieron la suerte de conocerse y el gran placer de amarse, cada vez más a través de los años.

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Aquella mañana fría de domingo estaba algo inquieto en la cama, no encontraba una posición cómoda y no podía dejar de dar vueltas, así que decidió levantarse, de todas formas no tardarían en levantarse Chanyeol y los niños. Al abrigarse con una cálida bata abrió las cortinas visualizando un Londres bastante nublado, una característica del lugar donde vivían, como también vio al cartero dejando correspondencia en su buzón, cosa que muy rápidamente recogió en silencio, porque Chanyeol seguro iba a regañarlo por salir no tan abrigado a la calle. Al entrar, la mirada acusadora de Minki lo recibió, obviamente Baekhyun hizo como si nada y empezó a preparar el desayuno porque a los pocos minutos lo siguió Misuk. Al ver que sus hijos empezaban a comer lentamente mientras se les iba el sueño decidió tomar y leer la carta, entusiasmado porque era de Kyunsoo, aunque ese sentimiento duró poco al ver la caligrafía que había en la hoja, más bien de quién.

“Hola, Baekhyun, ha pasado tiempo.
Seguramente lo sepas, pero soy tu madre. Aquella a la cual abandonaste de un día para el otro. Está bien, puedo llegar a entender el porqué.

No puedo culparte, la verdad. ¿Cómo está Misuk? Seguramente muy grande y sana, espero que así sea. Porque para que sepas, aunque no te dirigía la palabra, debido a que realmente estaba enojada, en el fondo veía lo mucho que te esforzabas por cuidar en todo momento de esa pequeña.

Las cosas cambiaron luego de tu partida. Taejin también se fue, se casó hace unos años, no recuerdo cuantos exactamente, hace mucho que no la veo, la pastelería tuve que venderla no hace mucho a una familia muy adinerada debido a la artritis que desarrolle hace un tiempo, mis huesos duelen y era casi imposible trabajar con mis manos, por eso no tuve más remedio que hacerlo.

Te hago llegar esta carta por medio de Kyunsoo luego de insistirle demasiado, ya que no sé tu dirección pero me he dado cuenta que no fui la mejor persona con mis hijos. El ver la casa vacía todos los días y saber que prácticamente mis hijos huyeron de mí, es un golpe muy duro.

Aunque me arrepiento de lo que hice, más me arrepiento por arrastrar a Taejin en este drama, solamente hice lo que creía mejor en ese momento, ya que aquel chico no iba a dejarte nada bueno ni pleno a futuro, y cuando contaste lo de tu embarazo simplemente estalle, fue demasiado, y supe perfectamente lo que hacer cuando la primera carta llegó, porque no merecías a un don nadie que te dejara cargando con una niña bastarda para luego huir.

Espero puedas perdonarme, no me explayaré más porque mis manos y dedos duelen horriblemente, ojalá puedas responderme esta carta, me encantaría volver a empezar”.

-¿Cielo, está todo bien?

Preguntó el alto, viendo cómo el bajito se quedó estático con aquella carta en la mano. Por la cabeza de Baekhyun pasaban pequeños fragmentos de su vida, de los cuales podía denominarlos como los más oscuros y aquellos que quería enterrar para no recordar nunca más, su pecho dolió con todo eso, porque sin quererlo fue como casi revivir toda esa tristeza y amargura que lo llenó hace tiempo. Pero luego de reaccionar miró a su alrededor, su linda y acogedora casa, una hermosa Misuk de nueve años tomaba su preciado té con leche con una tarta de manzana obviamente con sus rebeldes e incontrolables rizos, un travieso Minki de cinco años tomaba leche tibia mientras comía mermelada directo del frasco con una cucharita y Chanyeol a su lado, con su cara de cansancio mientras mecía al pequeño Minyeol de dos meses, el cual se encontraba algo molesto casi al borde del llanto y se removía entre sus brazos producto de algunos gasecitos. Esta era su vida ahora, no volvería a revolver lo que tanto le dolió en el pasado.

No.

Nunca más.

-Todo perfecto, mi amor- habló, luego de convertir la hoja de papel que se hayaba entre sus manos en un bollo y tirarla a la basura.