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Mirando al suelo _____ bajo del auto cuidando que no cayera, ya que el vestido entorpezaba sus movimientos.

—Entra— el chico extendió una tarjeta dorada.

_____ levanto la mirada encontrando a personas saliendo y entrando de aquel lugar de cuatro plantas.
Eran personas que parecían importantes con sus trajes caros y las chicas con vestidos largos y elegantes, y ni hablar de los autos último modelo en los que llegaban.

—¿Qué es esto?— susurro.

—Tomala— dijo él en referencia a la tarjeta.

La chica nego con la cabeza reiteradas veces. No sabia que hacer, estaba asustada. Por más que aparentaba ser fuerte, llegaba al punto donde no podía más, el miedo la consumía.

Si ayudaba con lo que le habían pedido, la dejarían libre.

Eso quería creer.

Eso anhelaba tanto.

Debía tener en cuenta esas palabras "Haz tu trabajo y te irás"

Pero...

En ese momento lo primero que cruzó por su mente fue en correr, no le importaban las personas, el vestido que llevaba puesto y los tacones altos que le impedirían correr, en su cabeza parecía buena idea.

¿A quién se le ocurriría tremanda idea?.

Si... Solo a ella.

No lo penso dos veces y salio corriendo como loca.

Las personas voltearon al escuchar sus tacones, la miraron extrañados, estupefactos e incluso asustados.

El chófer rodo los ojos harto de la situación, no movió un músculo, quedó quieto en su lugar pues sabía que no llegaría lejos.

Como si de predecir el futuro se tratara, los pensamientos del joven se hicieron realidad.

_____ cayó boca abajo logrando apenas meter las manos.

—¡Otra vez!— maldijo aún en el suelo. Cada que intentaba escapar ese era su destino: caer al suelo.

El chico que caminaba tranquilo a su dirección, ahogo una risita.
Cuando llegó con ella la levantó mirándola divertido.

—¡Todo esta bien!— anuncio en voz alta a las personas que los miraban, le ayudo a pararse, limpio su vestido y sujetándola del brazo la llevo casi arrastras hasta la puerta del club— ahora que acabas de hacer el ridículo toma la tarjeta y entra de una vez—. Dijo al estar frente la enorme puerta.

De mala gana cogio la tarjeta, la mostro al guarda, este la dejo pasar al instante pues únicamente con aquella tarjeta dorada las personas podían ingresar al lugar.

Entro situándose bajo la puerta, tan pronto abrió los ojos sorprendida, no sabia a dónde mirar, todo era nuevo para ella, mesas de cristal, sofás de piel, cientos de personas paseándose, entrando y saliendo del elevador de cristal, bebiendo, bailando, disfrutando de la música.
La decoración era exageradamente lujosa.

Si bien, antes de todo esto acudía a bares y discotecas, sin embargo, jamas había estado en sitios como este.

Trago saliva nerviosa y se adentró del todo al lugar.

"¿Ahora que mierda hago? ¿Hacia dónde voy? ¿Dónde me siento? ¿Qué digo? ¿Cómo actuo? ¿Y si echó todo a perder? Sus pensamientos la aturdian.

Tomo aire tranquilizandose.
Camino hasta la barra, se sentó en el taburete observando como dos hombres la seguían con la mirada.

—¿Qué le sirvo señorita?— dijo el bartender quien se encontraba frente a ella.

Love or Hate [Changkyun & Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora