La chica braguitas de osito.

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Narra Kakashi

La noche hoy era fría, las luces iban pasando a través las ventanas del coche en el que me encontraba.
Después de que la guerra terminase, y luego Naruto fuera Hokage, todo se modernizó mucho.
Me mudé a la ciudad, mis alumnos habían crecido y habían creado familias preciosas. No me malinterpreteis, me siento demasiado feliz. Pero empecé a sentir que alomejor mi vida de ninja necesitaba un descanso.
De vez en cuando me acercaba a Konoha para ayudar a Naruto con gestiones, o con alguna que otra misión sin importancia.

Y ahí me encontraba, trabajando de taxista en una ciudad que nunca duerme.
No es un trabajo que realice a diario, pero a veces me ayuda a tener la mente despejada y no sentirme solo. Observar la vida nocturna de la gente. Preocupaciones, momentos de euforia o simplemente un día sin más. Me hacía sentir que formaba parte de algo.

Miré la hora, las 5:30, mi turno terminaba a las 6:00. Suspiré con pesadez, tenía muchas ganas de llegar casa y poder sumergirme en mi lectura nocturna.
Un pitido me hizo dar un respingo. Un aviso.
- Que oportuno...
Puse mis manos firmes en el volante, si me daba prisa llegaría pronto a casa.

Narra ____

Me encontraba tumbada en la cama, con la vista al techo, dando una calada a mi cigarrillo.

- Hoy ha estado muy bien.
- No ha estado mal - dije ensimismada.

Realmente había estado mediocre. El chico en cuestión se llamaba Sora. Era un chico apuesto, de cabello negro y sedoso. Y ojos verdes que recordaban a las hojas primaverales.

- ¿Hoy trabajas? - Lo ignoré ya que seguía en mi mundo.

Provenía de familia adinerada. Su padre era dueño de una gran empresa inmobiliaria. Como toda empresa grande tenían antecedentes por estafas, chantaje y amenazas.
Sin embargo Sora no era como su padre. Era una persona amable y atenta. Pero a veces su carácter de niño rico salía a la luz. Y eso no lo soportaba.

- Oye... insistió

Sora y yo no éramos pareja. Simplemente quedábamos de vez en cuando para acostarnos. Pasábamos un rato agradable y eso llenaba mi vacío un par de días.

-¡____!

Di un respingo, volviendo al mundo real. Le dediqué una mirada fría.

- ¿Decías algo?

- Te decía, que hoy trabajas.

Cerré los ojos intentando recordar en que día vivíamos.

- Hoy es miércoles señorita. - me dijo burlón.

Salté de la cama quemándome la mano con mi cigarrillo. Hoy me tocaba abrir la cafetería. Miré la hora 5:30. Debía abrir en media hora.

- Deberías ser más organizada. Siempre vas corriendo a todas partes. - dijo mientras quitaba la ceniza del colchón.

- No creo que un niño de papá que no ha trabajado en su vida, tenga derecho a darme lecciones.

- Solo era un consejo - se encogió de hombros.

- Haz algo útil y llámame a un taxi.

Sora obedeció de manera frustrada. Por otra parte me puse mi falda y mi camiseta en tiempo récord. Cogí mi bolso y mis zapatos y me dispuse a salir corriendo por la puerta.

- ¿No me das un beso?
Suspiré con cansancio. No me gustaba ese rollo meloso.

-Tengo prisa Sora. - Dije abriendo la puerta.

- Creo que te dejas esto.

Me giré y vi como jugaba con mis bragas en su mano. Me las lanzó y las cogí al aire y las guardé en mi bolsa.

Ninja Taxi. [Hatake Kakashi X Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora