Las fan's -Karamatsu

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— Algodón de azúcar necesito que me ayudes entregando esto a la casa de la familia Matsuno -Una señora de tercera edad salía de la cocina de manera tranquila y sonriente-

— ¡Abuuu! Ya te dije que no me digas así -sonreímos justas mientras me levantaba del sillón para recibir un recipiente cóncavo el cual contenía comida en su interior-

— No importa qué edad tengas tu siempre serás mi algodón de azúcar -las dos nos encaminamos a la salida de la casa y con una despedida con la mano me retiré de nuestro hogar-

...

Toque un par de veces la puerta y lo único que podía escuchar eran murmullos dentro de la casa, llegue a pensar por unos segundos que la casa estaba embrujada o ya era el tiempo que tenía parada en ese lugar y mi mente ya estaba jugando con mi esquizofrenia. Todas mis dudas fueron disipadas por un gran estruendo que se escuchó dentro del lugar y después de eso un chico a toda prisa salió del lugar.

— ¡Vuele de inmediato Osomatsu! -Gritó un chico con sudadera en verde sin darse cuenta de mi existencia en ese lugar- estupido hermano mayor -se quejó nuevamente y por arte de magia logró vislumbrar mi persona- e-eh ¿bu-buscabas a alguien? -preguntó inquietó-

— En realidad, solo me mandaron a entregar esto así que no afecta a quien se lo entregue -extendí mis extremidades que contenían el objeto y este solo optó por recibirlo- Gracias y adiós -me despedí y retiré de la casa-

...

Hoy como todas las semanas las amigas de mi abuela tienes su junta de comunicación fluida, por no decir que es una reunión para chismes y té con galletas por la tarde. (Es para sonar misteriosas recalcó mi abuela)

— Y ¿que dicen de los hijos de Matsuyo? -preguntó una joven señora que apenas se había integrado al club de las abuelitas-

— La información de esa familia ya es siempre la misma -nana le restó importancia-

— ¿Pero ninguna de ustedes piensa que alguno se pueda salvar? -la joven abuela se esforzaba en mantener su objetivo principal-

— ¿A que te refieres? -la abuelita joven sonrió amplio al ver que ya estaban tomando interés en su plática-

Entrar a estas pláticas no son para todos y la guerra por nuevos y jugosos chismes era una mina de oro para todas las abuelitas. (Por mi parte me gustaba escuchar todo lo que decían, que puedo decir las abuelitas son divertidas).

— Puede que alguno de ellos consiga trabajo y sea un hombre de bien -al ver el poco potencial de aquellas palabras por parte de la yaya más joven desánimo a todas las demás abuelas para seguir hablando de ese tema-

— Mi niña aún eres muy joven para esto -la anfitriona le tomo el hombro a abuela más joven y entregó una bandeja con galletas-

— Aún te falta edad para que puedas comprender el bello arte de la comunicación cultural -hablo mi abuela-

— Tal vez en unos años más seas digna de estar en esta conversación -(uh~ las abuelitas pueden ser muy rudas a veces)-

— Solo quería saber si a ustedes también se le hacían guapos alguno de ellos -la nana más joven no se rendía aunque ya la habían sentenciado-

— Pues a mí me gusta él muchacho de azul -Una de las abuelitas más calladas se daba a notar de vez en cuando pero algo cambió esta vez todas las demás se pusieron a pensar-

— ¡Exacto! -la abuela más joven exclamó feliz- yo también pienso lo mismo, lo han visto con su chamarra de cuero y pantalones ajustados -las abuelas se empezaron a acomodar en sus lugares dando por sentado que la conversación era de su agradó (yo siempre confié en ti abuela joven) festeje su victoria y su integración al grupo.

One shots~ (Osomatsu San x _____) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora