Playa- Jyushimatsu

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— Tranquilo amigo -intentaba con fuerza el poder controlar a mi mejor amigo que se controlara, pero tal vez el paseo por la playa no fue la mejor opción- ¿quien está paseando a quien? -aun quería controlar la situación pero la eufórica de mi cañino era más que mis fuerzas- ¿a donde vas? -pregunte por mis adentro mientras veía como se iba a de mi agarre- ahh~ -un suspiro salió de mi boca, mientras con mi mano derecha pasaba mi mano por mi cara para poder sacar algo de la frustración de mi inicio de día.

Ya me avía sucedido en varias ocasiones que ***** se tomaba un tiempo para alejarse de mi, por alguna razón ya no me preocupaba tanto, siempre que se iba regresaba directamente a casa.

— Es muy inteligente -hablé en susurros, esbozando una sonrisa débil mientras enrollaba la soga con la que suelo pasear a mi mascota-

Me senté en el piso llenado mi ropa de arena y sin pensar lo incómodo que iba a ser al pararme de ese lugar, goce el paisaje y el sonido que daban las olas al chocar, suspiré nuevamente sacando estrés de encima, después de todo llegara ser adulta no era tarea fácil y tomar tiempos de descanso me venían de lujo.

En un lapso corto de tiempo mi mente divagó en el pasado, perdiendo mi ubicación actual, me frustré ante los pensamientos invasores que no me dejaban disfrutar él momento hoy era un día de gastar oxígeno extra ya que desde temprano solo sabía suspirar.

Terminando de regañarme internamente por no apreciar el momento mi cabeza se dirigió al sonido de unos ladridos en la lejanía, era ***** pero parecía divertirse con un joven de uniforme deportivo en color amarillo.

Al ver a mi perro jugar con tal entusiasmo con aquel joven una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro, no muchas personas les parece confiable ver un perro de aquel tamaño, a demás que su imagen da a desear algo más de ternura y como si aquel cañino no me hubiera visto en años corrió con devoción a mi dirección,(Velocidad x Masa = Un buen golpe asegurado) pensé mientras el perro corría hacia mi sin intenciones de detenerse.

— ¡Ah! ¡*****, no seas un mal niño! -el canino no parecía querer detener sus muestras de cariño y yo no podía quitármelo de enzima, aún así yo también soy feliz con ese tipo de cariño-

— ¡Ven amigo! -el chico en un movimiento rápido y sin esfuerzo alguno levantó de una a mi perro, sorprendido el cachorro quedó inmóvil y con ninguna expresión en el rostro.

Temiendo que lo fuera a morder por el haberlo levantado sin su consentimiento me levante del suelo donde estaba para tomarlo de la cara y hablarle con calidez.

— Ya está campeón, ¿que te costaba quitarte de enzima? -mire al perro que parecía entender que no ocurría nada malo y se relajaba levemente en los brazos de aquel joven de cara sonriente- muchas gracias por ayudarme con ***** él es muy interactivo -el sujeto bajo con suavidad al perro mientras mantenía su sonrisa- ... -se limitó a mirarme aún con la misma sonrisa que me empezaba a dar un poco de incomodidad ya que estaba sujeta a esa mirada fija en mi- bu-bueno gracias otra vez -coloqué la correa a mi can y seguí el paseo matutino-

(Cuando ya no lo vea voy a mi casa) pensé por miedo a que me siguiera el sujeto de sonrisa grande.

Por un tiempo deje de ir a pasear en la playa era la primera, pero no última vez que iría a ese lugar a correr con mi amigo, aunque me dio un poco de miedo no puedo negar que el momento que pasamos juntos ese día fue bastante agradable.

— ¿ *****, quieres ir a pasear? -pregunte a mi compañero que estaba acostado conmigo en el sofá, la respuesta era clara cuando él salió del sillón y corrió para traerme la correa para salir- ¿no pierdes el tiempo verdad? -reí un poco al ver cómo movía la cola de un lado a otro con mucha felicidad, agachando sus patas delanteras para quedar acostado solo la parte de enfrente de su cuerpo, ladrando dos veces- vamos pues -coloque la correa (aunque en realidad no sirve de nada) pensé aún recordando todas las veces que parecía que él me estuviera paseando a mi por la fuerza que tiene-

...

— No, a la playa no -me queje por tal vez, la décima vez, sin embargo mis súplicas no eran escuchado por el gran cachorro que me llevaba casi volando desde el otro extremo de la cinta- esta bien ya estamos aquí, ¿contento? -pregunte al perro conmigo pero me detuve al ver que los transeúntes me miraban con extrañeza- como si nunca hablaran con sus mascotas -me queje yo misma en voz baja mientras le soltaba la correa a *****- mira ya tienes rienda suelta, ¡Date vuelo! -antes de gritar eso el perro ya estaba más lejos de lo que me pudo haber escuchado, esbocé una sonrisa al verlo Yam feliz y libre, sentándome en la arena viendo nuevamente la orilla del mar-

Mi paz no duró mucho ya que alguien se había sentado al lado mío, tal vez una persona que quiere hablar de cómo le va en su vida y esas cosas que hacen para encontrar amigos. Voltee mi mirada a la persona que estaba a mi costado con ganas de decirle que se fuera a otro lugar y que dejara de molestar a las personas que no quieren socializar.

Una sorpresa al darme cuenta que la persona no era más que el sujeto raro de la sonrisa plasmada como tatuaje en su cara y sus ojos fijos en mi.

— Hola...? -a este grado ya me daba un poco de miedo estar con él, pero estar en un lugar tan público me armaba algo de valor-

— Jyushimatsu -pronunció aún con la sonrisa, logró entender que parecía confundida con sus palabras ya que ladee mi cabeza no sabiendo qué decir al contrario- ¡Yo me llamo Jyushimatsu! -sonreí al haber entendido y este cómo repuesta empezó a correr a mi alrededor con una velocidad inmensurable- ¡¿Tu como te llamas?! -algo sorprendido con su pregunta pues aún era un desconocido para mi, mire a un lado intentado buscar a mi amigo-

Por alguna razón siento que mi perro tiene un sexto sentido, ya que cuando pienso en donde está el casi de inmediato se a da a notar entre la multitud o llega a casa.

— ¡Hola amigo! -hablo el joven a mi lado y el perro se lanzó a él con intenciones de empezar a jugar, parecía que tenían la misma energía y los más importante es que el perro no sentía amenaza alguna por el sujeto y eso me aliviaba-

— Me llamó ____ -Me volteo a mirar el de ropas en amarillas con la misma sonrisa- es un gusto en conocerte Jyushimatsu -sonreí ligeramente mientras veía como el chico avía sido tecleando por mi enorme mascota por haberse descuidado de él- hss, huí -pronuncie adolorida por el golpe que había presenciado- 

No se tal vez sea el inicio de una nueva amistad.






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One shots~ (Osomatsu San x _____) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora