Capítulo 5: El milagro
Elsa sonrió con gentileza a los presentes, mientras estos ingresaban en la habitación en compañía de su hermana menor. Los príncipes saludaron haciendo una pequeña reverencia mientras su hermana se sentaba a su lado, afuera el viento corría con suavidad mientras el cielo se oscurecía lentamente, el Invierno parecía que llegaría antes aquel año.
—Espero estén teniendo un buen viaje —Elsa anunció en forma de saludo— Considerando la época
—Era necesario venir —Respondió Caleb, el mayor de los hermanos— Padre está preocupado, enfermó después de la sentencia y queremos darle paz a su mente agitada, esperamos que eso ayude a su salud
—Entiendo, siempre serán bienvenidos y siempre habrá alguna habitación para recibir a los miembros de su familia —La rubia sonrió— En cuanto a su padre, puedo asegurar que el príncipe Hans no ha generado ningún problema. Incluso podría atreverme a decir que ha tomado ciertas actitudes que harían sentir orgullo a los miembros de su familia
—No es necesario que endulce la situación —Solicitó Lars
—Nada de eso —Anna sonrió al hombre— Está en compañía de un muy cercano amigo y el príncipe en verdad ha demostrado que puede ser mejor
—¿Podría decir que el castigo le ha corregido? —Preguntó Lars
—Creo que no es correcto llamarlo así —Elsa sonrió— En este tiempo nos hemos dado cuenta que quizás apresuramos nuestro juicio y aunque el castigo impuesto ha demostrado haber ayudado lo que en verdad ha hecho cambios en él es el trato que su guardián le ha tenido
—¿Cómo eso? —Caleb cruzó miradas con su hermano con una pequeña expresión de temor y malestar
—Creo que lo mejor sería que lo vieran —Elsa indicó mostrando por la ventana el anochecer— Mañana al amanecer iremos a ver al príncipe, hasta entonces será mejor que descansen puesto que nuestras palabras jamás podrán demostrar correctamente lo que ha sucedido
Ambos hermanos cruzaron miradas antes de asentir, conocían el poder de la Reina y eso le hacía temer por su seguridad pero no tenían detalles que le hiciera dudar de la situación. Luego de la cena ambos fueron guiados hasta sus habitaciones por un pequeño ser de nieve que se hacía llamar Olaf.
—Hans tenía razón —Lars murmuró de pronto rompiendo el silencio de la habitación— La Reina muestra tener grandes poderes...
—¿Temes por tu vida? —Preguntó casi con burla Caleb
—¿Tú serías capaz de perdonar o tratar con respeto a quién intentó derrocarte? —Lars preguntó— Parece una buena Reina pero es muy joven y Hans no pudo escoger peor momento que su coronación para atacar
—Entiendo tu temor pero tienes que entender que Padre tenía razón —Caleb peinó un momento su cabello. Estaba cansado, su padre había enfermado después de despedir a Hans y él tuvo que tomar su lugar, sabía que en algún momento sería su deber pero era algo que aún no deseaba— Hans debe entender las consecuencias de sus actos, incluso si la Reina cree que con castigos y brutalidad pagará su castigo, debemos aceptarlo
—Mamá lo hubiera protegido —Señaló finalmente Lars— ¿Por qué nosotros no?
— Porque no podemos protegerlo siempre —Caleb sonrió— Mis hijos algún día crecerán y también tendré que dejarlo ir, si cometen un error no puedo hacerme responsable por eso. Ellos deberán pagar por sus errores como nosotros lo hemos hecho
Caleb recordaba bien que de niño odiaba a Hans, su madre siempre le protegía. Era el menor y fue un milagro para su familia, todos creían que su madre no soportaría otro bebé pero no solo ella vivió, sino que un niño sano aunque muy pequeño nació.
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Cuidando al Condenado
FanfictionLuego de lo ocurrido en Arendelle, Hans, príncipe de las Islas del Sur fue enviado de vuelta a su hogar a cumplir su condena por atentar contra un reinado vecino y gran socio comercial. Después del juicio guiado por sus hermanos, su castigo fue det...