Capítulo 1

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Capítulo 1: De regreso a Arendelle

—Luego de una larga deliberación hemos llegado a un veredicto —Un hombre alto y de cabello bien peinado observó hacia abajo a su hermano menor quien, a estas alturas no le sorprendía haber terminado en aquella situación, le miraba con el ceño fruncido. Solo podía agradecer que no hubiera pasado a mayores— Hans, el príncipe menor de las Islas del Sur es condenado a volver a Arendelle, donde estará bajo el mando de la Reina Elsa y la Princesa Anna quienes otorgarán los trabajos adecuados para compensar los daños y perjuicios ocasionados. Dicha sanción será hasta que se considere que el condenado ha aprendido la lección y la deuda con el reino vecino sea pagada en su totalidad —Luego de golpear solo una vez el martillo puntualizando lo dicho se levanto— Se levanta la sesión —Luego miró a una guardias a su lado— LLevadlo al barco, por favor

—¡N-NO PUEDEN HACER ESTO! —Gritó el menor mostrando toda su indignación, generando que el mayor ahogara un suspiro— Soy su hermano, no un esclavo, ustedes son los culpables de que hubiera querido escapar de este lugar ¡Todo es su culpa!

—Ya basta de culparnos, Hans —El hombre observó a su hermano mientras sentía lástima y rabia de lo que era ahora. Si tan solo pudieran volver el tiempo hacia atrás podrían evitar todo eso pero no era así— Esto es culpa tuya por desear todo, solo por el hecho de ser tú y de estar nuestra madre con vida también sería parte de esa culpa. Jamás tomaste el peso de ser el líder de una nación, lo que significa ser príncipe y parte de una familia, nunca entendiste que te debes a un pueblo y a su gente —Caminando con paso firme se acercó al menor mirando directamente a sus ojos, Hanss era mucho más bajo que él, aunque el orgullo de este llegaba al cielo— Tu egoísmo y codicia casi genera una crisis entre unos grandes vecinos, con tus acciones nuestra nación pudo verse afectada o en una posible guerra de la cual estaríamos en gran desventaja. Es hora que como príncipe pagues por tus errores hasta que no aprendas a ser un digno heredero de este reino —Luego ahogó un suspiro y tragando saliva le miró por última vez— Hasta que eso pase, ya no eres parte de esta familia, consideraré huérfano y sin un Reino al que volver porque nadie podrá abrir sus puertas pa ti hasta que cambies. Aunque dudo alguien tenga ese deseo.

Y eso fue todo.

Luego de esas palabras su hermano mayor se volteó y señaló a los guardias del lugar para que se lo llevaran. Sin importar cuánto luchó, cuanto gritó nadie lo volvió a mirar como si no existiera.

Volvía a ser un niño ignorado por sus hermanos, solo que esta vez él sentía la culpa y no estaba su madre para consolarlo.

Estaba completamente solo.

**

Con pasos lentos Elsa caminaba de un lado al otro mientras intentaba no morderse las uñas, ser Reina de Arendelle a veces resultaba ser más estresante de lo que podía soportar. El veredicto del juicio contra Hans se había anunciado el día anterior por medio de una carta y hoy se informaría en las Islas del Sur.

Había tenido una reunión con los príncipes Caleb y Lars, con quienes había discutido la situación y habían acordado el resultado del juicio, pero después de unos días su cabeza comenzó a dar vueltas con las consecuencias de aquella decisión. ¿Cómo lo controlaría?¿Qué pensaría Anna de todo eso?¿Sería seguro tenerlo cerca del Reino? Ahogando un suspiro intentó tranquilizarse, quizás les estaba dando muchas vueltas al asunto.

Un suave golpe en la puerta la hizo voltear y ver al rubio quien le sonreía con cierta timidez.

—¿Reina Elsa? —Preguntó mientras asomaba la mitad del cuerpo— ¿Me mandó a llamar?

—Por favor, entra —Le indicó con una sonrisa, aún le consternada lo grande y rudo que parecía ser pero siempre mostrando respeto -casi miedo- en su presencia— Deja las formalidades de lado, ya nos conocemos bastante ¿No crees?

Cuidando al CondenadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora