Capítulo 4: Premio de Otoño
Hans despertó esquivando la lengua de Sven, después de tantos meses podía olerlo cuando se acercaba y evitar su efusivo beso de buenos días. Ocultando su rostro con el cobertor que Kristoff le había dado se colocó en posición fetal, quería dormir un poco más antes de tener que ir a trabajar... no quería ir a trabajar, habían tenido semanas muy duras y ya su cuerpo comenzaba a delatarlo.
¿Podía simplemente quedarse en aquel lugar?
Kristoff estaba acostumbrado a trabajar solo entonces no sería nuevo para él.
De pronto sintió el peso de algo sobre él y sabía muy bien que era el trasero de Sven, el animal jamás se rendía pero esta vez no dejaría que eso lo molestara, así que simplemente apretó con fuerza sus ojos.
—Déjalo, Sven —Ordenó Kristoff— Si se quiere quedar en la casa hay que dejarlo, nosotros podemos disfrutar de un día de descanso
—¿Día de descanso? —Hans asomó la cabeza debajo del cobertor— ¿Qué quieres decir con eso?
—Pues que la demanda de hielo a bajado y podemos ir a descansar un momento —Kristoff explicó mientras servía el té— Pero si quieres pasarlo en la cama no hay problema
—¿Cuál es la otra opción? —Insistió el castaño alzando una ceja curioso
—Conozco un lugar con aguas termales donde podríamos ir a pasar el día, llevar comida y descansar —Explicó con tranquilidad— Es un lugar privado así que no tendrías que compartir con nadie más que nosotros
—Esas aguas termales ¿Son como las que yo me imagino o es una forma salvaje de decir agua caliente? —Hans quitó el cobertor dejando la mitad de su cuerpo descubierto
—Tendrás que arriesgarte si quieres saber —Fue toda la respuesta que recibió del rubio
Hans miró a Sven quien se movió animado antes de bajar del sofá, sabía muy bien que podía ser una trampa pero también sabía que no obtendría mayor información. Además que sumergirse en agua caliente sonaba estupendo.
Ahogando un suspiro salió de su improvisada cama, era mejor que quedarse en la cabaña solo.
**
Hans no podía cerrar la boca aunque la vida dependiera de eso, habían pasado por un horrible lugar lleno de rocas y fuentes de vapor pero jamás imaginó que está oculta tan hermoso lugar. Debía admitir que el agua se veía acogedora y el lugar estaba bastante aislado, girando su cuerpo busco a Kristoff pero pronto se arrepintió de eso puesto que el rubio estaba semi desnudo listo para entrar al agua.
—¡QUE RAYOS HACES! —Gritó antes de quitarse su chaqueta y lanzarse al rubio— ¿ES QUE NO CONOCES EL PUDOR? ¡ANIMAL!
—¿Por qué te irritas? —Kristoff sonrió divertido— No es como si fuera la primera vez que me vieras desnudo
Hans recordó la primera vez que se había topado con la desnudez de su compañero y sus orejas se calentaron por la vergüenza.
—¡Y aún así no aprendes! —Le reprochó
Kristoff rió suavemente.
—Quítate la ropa y ven mejor al agua, sino habrás perdido tu tiempo al venir aquí —Fue todo lo que dijo antes de pasar por su lado y entrar en el agua
Hans miró a todos lados, no habían árboles cerca lo cual le impedía esconderse y por el camino en tan mal estado el trineo lo habían dejado atrás. Observando que tanto Kristoff y Sven le ignoraban se quitó rápidamente la ropa e intentó entrar al agua a la misma rapidez pero una de las piedras sesión haciendo que se cayera de golpe golpeando su cadera justo en la orilla del agua.
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Cuidando al Condenado
FanfictionLuego de lo ocurrido en Arendelle, Hans, príncipe de las Islas del Sur fue enviado de vuelta a su hogar a cumplir su condena por atentar contra un reinado vecino y gran socio comercial. Después del juicio guiado por sus hermanos, su castigo fue det...