First LOVE (Adrinette) +18

☆═━ Capítulo 4 ━═☆

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Title: First LOVE

Ship: Adrinette

Genre: Fluff, Romance, WAFF, HUMOR, Angust.

Word count per chapter: 1,000+

Word count: 80, 000+

Rating: PG-13

Chapters: 4/20

Beta: Un-betaed.

Disclaimer:

Ya les he dicho que no me pertenecen~ la esclavitud es maaaalaaa~ (o al menos eso dice mi ❤ :v)

Contiene escenas de género fluido como a muchos les gustan~ ❤❤❤

Y como en la descripción dice, AGE GAPE.

Music: Tacones rojos by Sebastian Yatra

✨Los comentarios, estrellitas, y las galletitas, me hacen feliz.✨

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No diría que era una mentira. Era como..., una mentira a medias. Despertó casi una hora antes para ir a visitar a Mr. Cocoa antes de ir a clases. Solo que el cachorro, por mucho que Marinette lo amaba y todo, no podía competir contra Adrien. No era posible.

Su madre la había mirado desaprobatoriamente mientras desayunaba a toda prisa, ansiosa por irse de la casa. Sabine no estaba a gusto con la idea de que su hija pasara tiempo con alguien como su vecino, mucho menos sabiendo que Marinette confió lo suficiente en él como para darle a su preciado cachorro. Pero ella no podía objetar nada, debido a que había sido ella quien le pidió a Marinette que se deshiciera del perro y ella había obedecido.

La cosa era que, Marinette estaba nerviosa y algo ansiosa. No sabía qué resultaría de esta visita.

¿Y si la oferta de Adrien no había sido más que mera formalidad?

No quería parecer... Intrusiva, aun si tenía la excusa de visitar a Mr. Cocoa

Pero, como usualmente era con Adrien, fue mejor de lo que pudo haber esperado.

El chico había abierto la puerta con una sonrisa, la cual hizo que las rodillas de Marinette se sintieran como si fueran gelatina, y con Mr. Cocoa tras él. Y luego, se encontró a sí misma siendo jalada al interior de la casa, sentada en el sofá mientras Adrien terminaba su desayuno.

Estar dentro de la casa era una experiencia extraña. Conocía este lugar tan bien como su propia casa – tras horas de espiar por el telescopio. Pero había un lado que no había podido ver, y eso le hacía sentir como estar dentro de un set de TV.

Y entonces lo vio. Era una casa bonita, eso ya lo sabía. Pero no había visto la cosa más importante.

—¿Todos son tuyos?— jadeó, mirando con los ojos bien abiertos el estante lleno de consolas, bastante bien organizadas, junto a una enorme colección de videojuegos. Incluyendo las nuevas. Y en el centro, había una TV con pantalla del doble de la que tenía en su casa.

Adrien asomó la cabeza desde el baño, con el cepillo de dientes en su boca antes de esbozar una sonrisa.

—¿Las consolas? Sí, son mi posesión más preciada.

Y fue suficiente para disipar la incómoda sensación que había poseído Marinette desde esa mañana. Porque si había algo que Marinette conociera, eran las consolas. Culpaba a Alya y a Max, los autoproclamado gamers obsesivos, pero había pasado horas cada semana desde que tenía 7 años aprendiendo todo sobre esos juegos. Estaba más que lista para esto.