[07]

6.3K 942 195
                                    

— Deberías ir a un médico. — Insistió TaeHyung cuando ayudó a JiMin a salir del baño. — Llevas en esto una semana, ¿Cuánto más crees que puedas aguantar devolver todo lo que comes?

— Lo que tengo no lo va a solucionar un médico, TaeHyung. — Expresó el alfa cansado mientras tomaba asiento y veía la carpeta con los papeles del divorcio sobre esta. — Lo va a solucionar el que regrese con YoonGi, o el que terminemos de romper el lazo. — Mencionó intentando sonar normal, pero fallando en lo acelerado de su respiración. — N-Necesito un lápiz.

TaeHyung jadeó mientras negaba.

— ¿Vas a firmar? — Cuestionó con asombro. JiMin observó a TaeHyung sin ánimo alguno.

— Estoy nadando contra la corriente. — Explicó desganado. — Estoy bloqueado en todas las redes sociales, bloqueado en el teléfono, si asisto a un evento y él se entera, se va del lugar, los tramites de la empresa Min en conjunto con la empresa de papá los atiende un beta odioso, y-yo... Yo lo amo, pero tampoco lo obligaré a estar atado a mí si él no quiere. — Susurró cansado. — Quiero su felicidad y él quiere irse. — Suspiró mientras veía el lápiz que TaeHyung había sacado del bolso que cargaba encima. — Lo haré fácil. — Susurró ignorando las lágrimas que caían por su rostro mientras firmaba en el único lugar en donde faltaba una firma.

...

YoonGi frunció el ceño cuando entró en su habitación y notó algo que había cambiado. Sabía que el efecto no iba a ser duradero, pero el que ni siquiera la ropa de JiMin oliera al alfa contrario, lo estaba haciendo sentir nervioso y diminuto en la gran habitación.

Se había esmerado en prohibir la entrada del personal de limpieza de sus padres, había cambiado la clave de acceso y no había abierto las ventanas, todo con el firme propósito de que el olor se mantuviera en el ambiente lo suficiente como para hacerle olvidar que JiMin no estaba ahí con él.

Pero todo se acababa, el aroma dominante en la habitación era el suyo y la ropa de JiMin olía más a él, que al propio JiMin.

— Mierda. — Se quejó dejándose caer en la cama.

Extrañaba al rubio.

¿Cómo no hacerlo? Habían dos lazos que se encargaban de recordarle la ausencia de su otra mitad en todos lados. Si iba a la empresa, el puesto vacío a su lado lo atormentaba, si era la hora de almorzar, la soledad en su oficina se burlaba de él.

— Estúpido Park. — Bufó cuando sintió el celular vibrar en su bolsillo. Sin mucha importancia lo sacó y revisó superficialmente las noticias que no paraban de reventar el móvil de notificaciones.

Lo único que se veía era a él y su supuesta nueva conquista. De las cosas que odiaba de los medios, era lo increíblemente fantasiosos que podían llegar a ser. La alfa a su lado había llegado a firmar un contrato de modelaje, para suerte suya, su mamá la conocía y la mujer había dejado de mirarlo como si fuera la persona más terrorífica del mundo.

Se llamaba Irene, bueno, ese era el nombre con el cual salió a la fama. Era únicamente hermosa, pero YoonGi no tenía el más mínimo interés en ella.

Tenía unas increíbles ganas de comentar el post aclarando todos los principales puntos por los cuales aquello era una gran mentira, pero cuando se dispuso a crearse la cuenta, un aturdidor chillido se escuchó en su mente y sintió como si algo dentro de él quemara.

Lo primero que vino a su mente, fue la imagen de JiMin y no necesitó más para levantarse de la cama y salir de la habitación con apuro. Sora le observó intrigada desde el comedor, pero no opinó nada al respecto.

Habían pasado tres meses, tres meses lejos de su destinado y compañero de alma. Sabía muy bien lo que pasaba después de tanto tiempo para los que no eran de un nivel jerárquico alto. YoonGi podía sobrellevarlo mejor que JiMin.

Para este tiempo, el lobo de JiMin estaría llamando a YoonGi de la manera que fuera.

...

Cuando YoonGi llegó a la casa que compartía con JiMin tres meses atrás, sintió su lobo removerse ansioso ante el conocido olor del alfa bañado por la amargura y la tristeza. Sintió su corazón latir desesperado mientras intentaba conseguir a la fuente de este por la casa.

Su mirada recayó en la mesa que estaba en la parte principal de la entrada, conocía aquella carpeta y si no se estaba equivocando, los papeles que había enviado eran los que estaban desplegados sobre la mesa.

En total silencio avanzó hacia la mesa y cercioró que la firma de JiMin reposaba en cada hoja.

— F-Firmé. — YoonGi salió de su aturdimiento para ver hacia donde la voz estaba. La imagen de JiMin lo hizo tensarse en su lugar. El alfa había perdido peso, demasiado para su gusto, y su mirada tenía unas profundas ojeras marcadas. — Eres libre YoonGi.

— Firmaste. — Afirmó el alfa viendo el documento nuevamente. JiMin asintió.

— Puedes llevártelo y apresúrate en marcar a alguien más. — YoonGi alzó la mirada ante lo dicho por el menor. — Mi lobo no creo que quiera soportarlo más, entonces... — YoonGi negó al ver la palidez en el rostro de su pareja.

— ¿Estás comiendo bien? — Preguntó de repente. JiMin le observó sin entender. — JiMin, te ves pésimo.

— Bueno, los primeros dos meses fueron pasables, pero después... Después fue más notorio el hecho de que no estabas conmigo. — Explicó sin ganas. — L-Los p-papeles están en la mesa, si q-quieres... — JiMin calló cuando tuvo a YoonGi frente a él. El alfa parecía verle con tantas emociones contenidas que JiMin no pudo evitar el sollozo que salió de sus labios cuando la mano del pálido acarició sutilmente su mejilla.

— Tienes fiebre. — Susurró YoonGi mientras llevaba sus manos a los botones de su propia chaqueta, cuando se vio libre de ella la colocó sobre los hombros de JiMin. — Ve a la habitación, JiMin. — Pidió en un susurro bajo y cálido. — Prepararé la cena para los dos.

...

JiMin observó entre confundido y curioso a YoonGi. Había pasado una hora desde que habían cenado, pero el alfa no tenía aparentes ganas de terminar de irse. Aquello sin duda alguna estaba volviendolo una masa de nervios, algo que no podía controlar a la perfección; no cuando YoonGi de un momento a otro lo miraba de una forma intensa y completamente dominante.

— ¿Por qué sigues aquí? — Cuestionó directamente. YoonGi le observó sin entender. — Firmé los papeles, YoonGi. No hay nada que nos una.

— Tenemos dos lazos que nos unen. — JiMin rió sin gracia. — Y el papel no es legal hasta que lo lleve a la corte.

— Dos lazos que están a nada de romperse, me parece que estás mal informado. — Explicó sin verle a los ojos. — ¿Esto es una especie de consolación porque arruiné todo? — Indagó. — ¿Me estás recordando lo bueno que era todo antes de equivocarme como lo hice?

— Nunca pensé que firmarías los papeles. — Anunció YoonGi para asombro del menor. — Pensé que los dejarías ahí, que ni siquiera los leerías.

— Ni siquiera los leí. — Respondió JiMin divertido de lo tonto que estaba siendo todo eso. — Solo vi los lugares en blanco y firmé.

— JiMin. — Llamó el pálido. El menor le observó. ¿En que momento se había acercado tanto?

— YoonGi. — Susurró en respuesta.

Y entonces, sin esperarlo. YoonGi simplemente lo besó.

...

Hola, ¿cómo están?

¿Qué onda, que pez? ¿Qué pasará ahora?

Nos leemos pronto, disculpen cualquier error, muchas gracias por leer. 

Irreplaceable  » Omegaverse YM.Where stories live. Discover now