LA MISION DEL HOKAGE PARTE II

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Buenas noches queridos lectores. Seguimos...

Los shinobis se hincaron en una rodilla al llegar con su cliente, apoyando un puño en el suelo sin mirarlo, así lo exigía aquel hombre. El cliente, de nombre Daichi, se apresuró hacia Naruto.

- ¡QUE BUENO QUE VINISTE!, sé que encontrarás a mi preciosa hija. Por favor relájense. Pueden sentarse cómodamente conmigo, dijo jalando a Naruto e indicando a sus sirvientes a que acompañaran a los otros dos. Los dirigieron a unos cómodos almohadones cerca de él. Daichi llevó a Naruto a sentarse en un almohadón a su lado y continúo diciéndole - Si estás tú, la victoria está asegurada, es un verdadero placer tener al héroe que salvo al mundo en mis tierras – Dijo tomando su mano sin soltarla.

 Daichi llevó a Naruto a sentarse en un almohadón a su lado y continúo diciéndole - Si estás tú, la victoria está asegurada, es un verdadero placer tener al héroe que salvo al mundo en mis tierras – Dijo tomando su mano sin soltarla

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Kakashi permaneció sin reacción – Se inclinó levemente – el placer es mío.

Sakura y Shino se sorprendieron. Los antecedentes de Naruto dictaban que, ante esa situación, ya hubiera hecho una mueca de desagrado, sacado la mano o dicho algo ruidosamente, pero en esta ocasión se estaba comportando.

Todos los presentes los veían maravillados, como si fueran una rareza, causando incomodidad en el equipo.

- ¿Que tanto nos ven? – Murmuró Sakura hacia Shino.

-No debería extrañarles a estas alturas. Ahora ustedes son conocidos por todas partes como los discípulos de los sanin de Konoha, que salvaron al mundo. Hasta a mí, por el solo hecho de venir de Konoha me tratan diferente y me preguntan por ustedes.

-No lo digo por eso. En otros pueblos nos trataron bien, pero esto... él quiere tratarnos como mascotas más que como shinobis, solo hay que ver a Naruto sentado a su lado y sujetando su mano.

-Es mejor que no digas eso aquí, de verdad tengo ordenes de evitar a toda costa un disgusto con Lord Daichi.

-Si completas esta misión te daré lo que quieras, hasta a mi hija en matrimonio si me lo pides – Dijo Lord Daichi al falso Naruto.

Kakashi se molestó un poco, porque el tipo invadía su espacio personal tomándolo de las manos y acercándosele mucho.

-Es mi deber cumplir la misión. Haremos cuando podamos – Dijo sonriendo y sobándose la cabeza intentando imitar a Naruto.

-Haré un banquete en su honor para agasajarlos.

Algo más les molestó a los shinobis, pareciera que Lord Daichi más que preocupado por su hija, estaba usando su desaparición como un caprichoso pretexto para tener a Naruto en su aldea. Kakashi debía manejar la situación con guantes de seda, afortunadamente tenía un as bajo la manga y, de ser necesario aprovecharía eso para suavizar las cosas.

Después de un largo interrogatorio con el cliente, sus sirvientes y el tipo que capturaron en el camino, se dirigieron a una posada al norte de ese lugar, pues ya se estaba haciendo tarde. Los tres se dispusieron para ir a dormir, siendo Shino el primero en acomodarse a la orilla, dejando a Naruto dormir a un lado de Sakura.

LO QUE NUNCA IMAGINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora