ENCUENTROS

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Buenas madrugadas queridos lectores. Aquí venimos con otro capítulo de "Lo que nunca imaginé", que espero sea de su agrado. Como subí varios dibujos, no sé cuanto duren, porque según yo la última vez subí uno que no era muy fuerte pero me lo censuraron, así que no se si alguno o varios de aquí me los vayan a censurar, así que, disfrútenlos quien pueda mientras duren jeje, espero sea de su agrado. Seguimos.

Después de la boda, Naruto y Hinata se dirigieron a su luna de miel en las aguas termales, cortesía de Shikamaru.

La pelinegra estaba en el tatami sentada y nerviosa, poniéndose una loción en las manos, mientras veía de reojo que la puerta corrediza se abría para dar paso a su esposo.

El chico se dejó caer en el tatami boca abajo apretando la almohada y los dos quedaron en silencio por unos cuantos minutos. Hinata se metió bajo la cobija y volteó a verlo muy sonrojada.

Naruto seguía mirando hacia el frente pensativo.

-Hinata... -Dijo por fin y la chica se tensó.

-S-si.

-Quizá sea mejor dormir. La fiesta fue muy cansada.

Hinata se volteó, no era lo que ella quería y era obvio que el rubio tenía energía de sobra, lo que dijo lo dijo pensando en ella, estaba segura de eso. Hinata no podía decirle a Naruto que estaba esperando ese encuentro, no era correcto.

Se estaba resignando y se giró, cuando Naruto se acercó a ella abrazándola por atrás.

-La verdad es que yo quisiera... pero te ves muy nerviosa.

Hinata apretó los labios.

Naruto iba a retirarse y ella lo agarró por los brazos – Yo... estoy bien... de verdad... si tu quieres.

– Deberías quererlo también.

Hinata no sabía que hacer. Si no decía algo Naruto pensaría que ella no quería, pero decirlo era muy difícil. Naruto le dio un beso en la cabeza y comenzó a deslizarse a un lado.

-Yo... - Dijo Hinata repentinamente – Yo... no te alejes... yo... yo quiero...

Aún no acababa de decirlo cuando Naruto comenzó a respirar agitadamente sobre su cuello. De manera torpe deslizó una de sus manos dentro de la yukata de su esposa para abrirla. Hinata se sintió expuesta y comenzó a temblar. Naruto puso las cobijas sobre ellos y las caricias se extendieron por el cuerpo de la kunoichi.

-Eres tan suave Hinata.

Ese fue el inicio de una noche perfecta, que, si bien estuvo accidentada, finalmente consiguieron el tan esperado momento.

Terminado aquello los dos se quedaron abrazados bajo las sabanas y con las manos entrelazadas.

-Espero que no haya sido muy traumatico para ti.

Hinata sonrió moviendo la cabeza – No, estuvo bien.

- ¡Estuvo bien! – Gritó el rubio poniéndose de pie.

- ¡Naruto! – Gritó Hinata poniéndose muy roja, viéndolo de cuerpo completo.

- ¡Inaceptable! Anko sensei dijo que si no recibía un excelente no contaba. Me esforzaré más – Naruto puso las manos en posición para hacer su jutsu clones de sombras – ¡Vamos a intentarlo toda la noche si es necesario hasta que pueda hacerlo bien!

- ¡Noooo! - Chilló Hinata asustada.

Naruto comenzó a reír – Es una broma. Apenas vamos comenzando.

Hinata sonrió también – No lo dije bien... fue perfecto.

Naruto sonrió – Te amo tanto.

Hinata se sonrojó completamente, ya se lo había dicho, pero le encantaba oírlo – Te amo... querido – Dijo Hinata sonrojada y Naruto la abrazó, acostándose de nuevo.

LO QUE NUNCA IMAGINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora