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𝙨𝙤𝙢𝙚𝙩𝙝𝙞𝙣𝙜 𝙚𝙡𝙨𝙚“siete”

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𝙨𝙤𝙢𝙚𝙩𝙝𝙞𝙣𝙜 𝙚𝙡𝙨𝙚
“siete”

𝐓𝐫𝐨𝐳𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐝𝐮𝐥𝐳𝐮𝐫𝐚.

Pequeños rayas de tiza yacían en el pizarrón con formaciones de números y letras. Varios estudiantes charlaban en sus asientos y ella se encontraba media dormida sobre su pupitre.

Dios, la clase era aburrida, ni siquiera se molesto en tomar notas, porque sabía que en su lugar terminaría copiando lo de otro compañero. De todos modos era más fácil de esa manera.

Apoyo la cabeza en el escritorio y cerró los ojos, perdiéndose en las vibraciones de las voces y los lápices contra las hojas, cayendo lentamente en un sueño profundo.

¡RING RING RING!

Se levantó de golpe, apretando con firmeza la mesa que gracias al sonido de la campana le había aturdido los oídos y la había sacado un susto. Miro a su alrededor y noto que la maestra se había marchado y los estudiantes se encontraban charlando con más fuerza. Algunos se iban perdiendo fuera del salon, mientras otros se quedaban cerca del ventanal.

Observó con detenimiento cada rincón del salón, y se dio cuenta de que era la hora del almuerzo. Había perdido la noción del tiempo, gracias a que había trasnochado.

Y con decisión se levantó completamente y se dirigió a la cafetería. Un bostezo salió de su boca mientras caminaba por los pasillos, todavía un poco adormilada por la siesta. No entendía el como todos sus amigos salieron tan rápido, mientras que a ella no le dio tiempo de despavilarse.

No me despertaron.

Puchereo, llegando aquel lugar que yacía un poco repleto de estudiantes. Sorin se asombro un poco tomando lugar detrás de otro chico, mientras observaba si es que había alguien conocido con quien sentarse a comer.

Parada allí pacientemente, llego su turno de tomar una bandeja de comida. Al voltearse y caminar para encontrar un lugar donde merendar tranquila, se fijo que su unico problema era.... que la cafetería estaba demasiado llena.

Se mordio los labios, deambulando por allí y por allá, viendo el familiar cabello rubio que a menudo notaba a su lado en clases.

Shelly.

Esta retomo su caminata ahora hacia la mesa de la rubia, mientras gritaba su nombre. Algunas miradas llegaron y otras siguieron en lo suyo, pero nada detuvo a que provocará que Shelly mirara hacia arriba, sonriendo y devolviendole un saludo de mano.

𝑺𝑶𝑴𝑬𝑻𝑯𝑰𝑵𝑮 𝑬𝑳𝑺𝑬 | Vinny Hong. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora