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𝙨𝙤𝙢𝙚𝙩𝙝𝙞𝙣𝙜 𝙚𝙡𝙨𝙚 “dieciséis”
𝐏𝐫𝐞𝐨𝐜𝐮𝐩𝐚𝐜𝐢ó𝐧 𝐥𝐚𝐭𝐞𝐧𝐭𝐞.
Se despertó agitada, su corazón había comenzado a bombear muy fuertemente contra su pecho. El calor en su rostro fue lo segundo que sintió, encontrándose apegada a la espalda de Vinny, quien caminaba lo más cuidadoso posible.
Apretó su agarre contra él, levantando una de sus manos para frotarse los ojos. Le daba tanta pena que todo eso hubiera pasado, y que el pelirrojo tuviera que cargar con ella a la misma vez, la hacía sentir mucho peor. Vinny tomo una bocanada de aire, sintiéndose agobiado con el peso de las bolsas y con su cuerpo en la espalda.
No tuvo de otra que zarandearla levemente para asegurarse que estuviera despierta.
⸻... ¿Ya hemos llegado?⸻preguntó suavemente, agachando su cabeza a la altura del oído del él. Este asintió concentrado en su voz adormilada, mientras respondía un rápido “Si”, y se inclino con ella indicándole que se bajara.
Sorin presionó sus hombros, después de poner sus pies sobre el pavimento. Aún se encontraba bastante desorientada con el sabor amargo entre sus labios, pero con la ayuda de Vinny se encontraba mucho mejor.
Este descanso sus manos acalambradas dejando las compras en el suelo, y se dispuso a buscar entre sus bolsillos las llaves de la casa.
Sorin fue la primera en entrar, sujetándose del marco de la puerta, después de cojer algunas bolsas del suelo. Vinny intentó persuadirla quitándole algunas, pero ella solo le dijo que no se preocupara y siguió adelante, mientras él se dedicaba a levantar las que sobraban en el suelo.
El dolor que había permanecido en su pecho, había desaparecido en el transcurso del camino a casa, pero aún asi necesitaba decirle a Jay. Porque estaba aterrada de que volviera con mucha más fuerza y que este en el paso fuera peor.
Ambos caminaron hacia la cocina, dejando las bolsas en la mesa, mientras en el transcurso Vinny la tomaba del brazo suavemente. Pidiéndole que se sentará en el sofa, después de buscar un vaso con agua.
No podía evitar sentirse intranquilo, ante la salud de la chica.
Sorin lo vio pasar de un lado a lado, ante su mirada espectante, donde ella se preguntaba por aquel silencio en la casa. Parecía que nuevamente su hermano había desaparecido. Pero sin embargo, el sonido de la ducha le hizo reflexionar.
Trayendo consigo el leve sonido del clic de la perilla.
Jay salió con una toalla colgada del hombro, frotando su cabello con una de sus manos. Pestañeo ante la poca visión que le otorgaba sus ojos, dandose cuenta que necesitaba de sus lentes que se encontraban a unos centímetros delante de él.
