Cada cierto tiempo, cuando la gran y hermosa luna que iluminaba las frías noches de invierno, se tronaba de un color tan rojo como la sangre que aquello seres nocturnos de largos colmillos e inmensurable belleza bebían hasta saciarse, se les permitía salir no solo en las noches si no que también en los días, aquel color rojo nocturno les daba la habilidad de que por solo 7 días enteros podían vivir la vida humana y disfrutar de ciertos placeres que esta conllevaba.
A la mayoría de estos seres, quienes comúnmente eran llamados vampiros, la esperaban con ansias, el poder salir a la calle cuando la gran estrella brillante iluminaba la mañana sin tener miedo a perder la vida, les generaba cierta emoción o exitación que corria por las venas de su pálido y frío cuerpo. A diferencia de todos estos, Lee Felix era la excepción. No odiaba aquella época, tan solo había vivido lo suficientemente como para serle indiferente.
Al principio, como cualquier vampiro neonato esperaba con ansias salir y disfrutar del sol...con el tiempo, en su segundo siglo de vida para ser exactos, decidió que no era la gran cosa; a veces cuando la fecha llegaba se animaba y salía a la calle a disfrutar de este, la mayoría del tiempo prefería no hacerlo.
En la semana de la Luna Roja, no solo la capacidad de salir al sol les era otorgada si no que sus sentidos se agudizaban haciéndoles más susceptibles al olor de la sangre, sus instintos de caza mejoraban y con esto su deseo y sed por aquel liquido rojo aumentaba.
La sangre era algo que Felix había dejado de consumir hace algún tiempo, sin ningún fin en particular, solo un día dejo de disfrutarla y desearla como cualquier otro de su especie. No entendía su condición, es decir, en teoría cualquier vampiro amaría y desearía la sangre humana, pero para él había dejado de darle tanto valor como se supone que debería y solo bebía sangre animal para sobrevivir.
Suponía que aquellas reacciones y falta de apetito se debían a la larga vida que la inmortalidad le había regalado llegando así a que cualquier cosa le resultara increíblemente indiferente. Pero no podíamos culparlo, Felix era uno de los vampiros mas viejos de la especie, una leyenda para aquellos vampiros jóvenes que llegaban a escuchar sobre las grandes hazañas que él y su amigo , Sifir cómo solían llamarlo, habían realizado en sus tiempos de juventud por los suyos.
Y es que aquellos dos vampiros hicieron grandes cosas por su especie, una de ellas y la importante, hacer que prevalecieran...en los tiempos de la inquisición los humanos no solo atacaron a las supuestas "brujas", a ellos también llegando a acabar con mas de la mitad de la especie.
Sifir y Felix pelearon a puño y espada, alguna que otras veces utilizaron los colmillos claro esta, para defender a los suyos y después de largos y largos años de pelea contra los humanos lograron encontrar su lugar en el mundo. Ahora en pleno siglo XXI aquellos seres podían vagar libremente por las calles del mundo, aun así debían esconderse, los humanos no estaban preparados todavía para saber de su existencia pero al menos ya no vivían con la incertidumbre de que en cualquier momento podían ser cazados. Tristemente en aquellas guerras muchos de sus amigos, compañeros y amantes se perdieron a lo largo del tiempo.
Algunos en las grandes batallas que libraron, otros cazados y asesinados por los crueles y atroces humanos, quienes preferían eliminar y torturar aquello que no comprenden y quienes le arrebataron a Felix el que fue el amor de su larga vida.
A pesar del paso del tiempo Felix aun recordaba con nostalgia a aquel joven de cabello negro, ojos pardos y nariz respingada, era tan alto como él y su piel era tan blanca como la suya; La forma en la que lo había conocido fue la más normal y simplemente del mundo que en ese entonces le tomo solo una semana con aquel joven para saber que se había enamorado. La vida de un ser inmortal no es sencilla, con tus propios ojos vez pasar a toda aquella gente que alguna vez ocupo un lugar en tu corazón pero de alguna forma Ansel se las había arreglado para convencerlo de mantenerlo a su lado; que ironía, aun después de tanto tiempo recordaba su nombre, sus a mielados ojos, la suavidad de sus labio o lo espesa y dulce que era el sabor de su sangre, cuando lo tomo con el único fin de mantenerlo a su lado todo lo que eternidad se los permitiera.
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The Red Moon
FanfictionDesde hace un par de miles de años Felix dejo de consumir sangre humana, se limito a solo alimentarse con sangre animal y sobrevivir mediante esta. Ahora su cuerpo comienza a verse afectado por ello y después de la muerte de aquel humano que le prom...