Capitulo 2

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—Bien entonces —Habló el rubio tomando asiento en las sillas del jardín, con Sifir junto a él frente a la luz de la menguante gibosa iluminándoles el rostro— ¿Qué es eso tan importante de lo que quieres hablar?

—Se acerca Felix...—Comenzó el mayor, sirviendo el líquido carmín en una copa cristalina — Aquel astro que nos observa desde las alturas, pronto se tiñera de rojo y tu , amigo mío serás libres otro año más.

Felix lo observaba serio, sabia a lo que se refería y siendo honesto prefería ignorar o incluso evitar el tema.

—Iras? — preguntó sifir después de un silencio, el rubio bebió de su taza de té y negó, este lo miro molesto — ¿Cuando fue la ultima vez que fuiste a la ceremonia?

—No lo se, y tampoco es que me importe.

—Y otra vez con esa indiferencia—Reclamó molesto el Lord dejando la copa en la mesita que había en medio de ellos y levantándose de su asiento para quedar frente a él — 40

—¿Qué?

—La ultima vez que asististe fue hace 40 años, desde entonces te haz exiliado de nosotros, — el dolor estaba instalado en los ojos rojos que le buscaban la mirada con insistencia — Te haz exiliado de mi.

Su frío y detenido corazón dio un vuelco y ni el calor del té que estaba tomando pudo calmar la ansiedad que lo invadía.

—Sifir...

—Recuerdas cuando Adler nos dijo que para nosotros, como seres inmortales no era conveniente enamorarse, aun así tu fuiste y te enamoraste de ese humano— dijo con diversión fingida

—No te atrevas...— advirtió Felix interrumpiéndole, sus ojos que normalmente eran de un Rojo mate se tornaron de uno fuerte e intenso—No te atrevas a hablar de él, ademas para cuando murió ya era uno de nosotros.
—Es cierto.

—Y aun así el consejo no pudo hacer nada— El pecoso se lo pensó un poco y continuó — no...Ustedes no quisieron hacer nada

—Felix...

—Lo dejaron quemarse y ahogarse en su propio dolor, — reclamo en tono molesto —Y después me castigaron a mi por vengarlo.

Sifir lo miraba en lastima, sabia lo mucho que su amigo había sufrido por aquel humano, pero había pasado tanto tiempo que ya no era hora de seguir lamentándose por ello.

—Lo lamento, y sabes que si, pero es momento de volver — le dijo tratando de animarlo — Hay neonatos nuevos que les encantaría conocerte, te admiran.

—En serio? — pregunto Felix un poco interesado y Sifir sonrió, al parecer había dado en el clavo. Asintió en confirmación. —Vaya...Aun así no planeo tomar un vuelo de Londres a Corea, sabes que odio los aeropuertos.

—Quien dijo que irías a un aeropuerto? — el rubio enarco una ceja y lo miro confundido. — Yo te llevare

—¿Que? ahora vuelas?— pregunto Felix, el tono de burla estaba presente en su voz — Sabia que el sifir tenia ciertas habilidades pero volar? enserio?

Sifir rio sarcástico

—Te recuerdo que yo fui quien le ayudo a los hermanos Wright a construir el Flyer si no hubiera sido por mí uno de ellos hubiera muerto

—Es cierto

—Entonces? — pregunto impaciente

—Lo pensare

—Bien — El pelinegro se sentó a su lado nuevamente volviendo a tomar de la copa.

El resto de la noche la pasaron conversando, bromeando e incluso recordando viejos tiempos frente a la luz de la cómplice luna. Para cuando el Alba dio sus inicios ambos sabían que era hora de  regresar, no era conveniente para Felix seguir afuera.

The Red MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora