Eran pasadas de las 10 cuando uno de los mozos de Sifir le informo al vampiro rubio que su amo había partido. Felix aun se encontraba en su habitación observando el traje rojo sobre la cama, a ultimo minuto había empezado a arrepentirse de usarlo y la idea de utilizar algo más clásico comenzaba a ser el mejor camino a tomar.Pero la frase que Ansel siempre le decía antes de cometer alguna estupidez resonó en su cabeza.—La vida es corta Lix, al menos para mi. No hay nada que perder —Felix rio divertido al recodar como después de eso su difunto amante le planto un suave beso en la mejilla y se lanzo desde lo alto de un risco para caer a mar abierto y como después de ver su silueta ante la Luz de la luna el mismo lo siguió a las profundidades del mar.
—No hay nada que perder — se repitió a si mismo.
Con determinación, Felix deslizo la toalla que se encontraba atada a su cintura y comenzó a vestirse. Treinta minutos después, el vampiro se encontraba vestido, maquillado y calzado caminando por los pasillos del templo de su líder. Esperaba encontrarse con alguno de los dos neonatos y pedirles que lo acompañaran, no deseaba llegar solo a ese mar de sangre y cuerpos fríos que lo mirarían con resentimiento al menos un par de horas pero parecía que eso no iba a suceder pues a excepción de la servidumbre que el palacio poseía - y que normalmente nunca se topaban- solo se encontraba él en el lugar.
Estaba apunto de llegar a la gran puerta negra cuando percibió la presencia de Percy, este le sonreía amable y con cierto grado de inferioridad bajando su vista al piso y haciendo una reverencia cuando llego hasta él.
Le dedicó una mirada seria pero asintió recibiendo el saludo. No es que lo odiase, es decir era la primera vez que lo veía pero su instinto le decía que aquel chico no era de confianza y después de tantos años vividos Felix había aprendido algo: El Instinto de un vampiro nunca se equivoca.
Además siendo sinceros, Azahar le caía mucho mejor.
—Señor — el pelirrojo le tendió unas llaves — Mi amo a dejado esto para usted. El auto lo espera afuera.
Felix asintió tomando el objeto entre sus manos. —¿Tu no iras? — indagó curioso. El vampiro menor asintió.—Tengo que terminar algunos asuntos aquí primero. — aquello le dio mala espina, pero asintió haciendo una pequeña nota mental de vigilar más de cerca al asistente.
Cuando salió al exterior el frío de la noche le golpeo en el rostro, aun era invierno en corea por lo que seguramente se encontraban en temperaturas bajas. Realmente no le importo, al final de cuentas su cuerpo había dejado de percibir la temperatura ambiental desde hace mucho tiempo. Subió al auto que Sifir había dejado para él y condujo por una larga carretera desierta hacia la ciudad.
La radio sonaba en el fondo mientras los nervios de reunirse nuevamente con sus ex amigos le corrían por las venas al mismo tiempo que el automóvil avanzaba por el pavimento. A lo lejos visualizaba la luna que con el pasar de los segundos se volvía más oscura y se alzaba imponente en el cielo, dentro de poco todo comenzaría y él seguía sin creer que Sifir lo hubiera convencido de ir.
De pronto se topo con la ciudad que cada vez se veía más cerca, algunos metros despues ya se encontraba en el territorio de esta. Antes de adentrarse por completo entre los altos edificios, el horrible trafico y los fastidiosos humanos, Felix giro el auto hacia la izquierda, tomando una pequeña curva que lo llevaría al Valle de Dragón rojo.
Aquello era una especie de "Barrio Vampírico". Un lugar donde los de su especie podían convivir sin tener que ocultar su identidad y alimentarse libremente. Entre algunos humanos se rumoreaba que era una zona abandonada, donde los vagabundos y drogadictos iban a hacer lo que sea que ellos hiciesen, también se creía que la mafia hacia sus tratos y asesinaba a sus traidores por aquella zona, un lugar peligroso para las almas inocentes y puras.
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The Red Moon
FanfictionDesde hace un par de miles de años Felix dejo de consumir sangre humana, se limito a solo alimentarse con sangre animal y sobrevivir mediante esta. Ahora su cuerpo comienza a verse afectado por ello y después de la muerte de aquel humano que le prom...