Silencio.Desde que se había adentrado a aquel lugar solo había silencio, tanto que no parecía que hace un par de segundos atrás los cuerpos pálidos y fríos que lo observaban atentos hubieran estado bailando al son de la orquesta liderada por el mismísimo Mozart.
Felix trago saliva mientras trataba de ignorar el mar de ojos rojos y buscaba a su líder con la mirada. Aquello le ocasionó una sensación de deja vú, llevándolo a la primera vez que Sifir lo presento a la camarilla como el nuevo hijo de su Clan, en aquel tiempo su maestro se mantenía a su lado, sosteniéndolo fuertemente por los hombros y dispuesto a protegerlo ante cualquier ataque de rechazo.
Pero ahora...Ahora Felix se encontraba solo.
Cuando por fin encontró a Sifir al otro lado del gran salón se dio cuenta que este también lo miraba; sus rubíes se mantenían fijos sobre él, la mandíbula tensa y los largos colmillos ligeramente expuestos, listo para acercarse y sacarlo de ahí en presencia de cualquier movimiento extraño. La calma lo invadió, su hermano estaba ahí para protegerlo.
Sifir le dio un pequeño asentimiento de cabeza saludándolo y al mismo tiempo que le indicaba que se acercara a él. El vampiro menor tenso la mandíbula y corrigió su postura, pues anteriormente se había encordado solo un poco cuando sintió las miradas sobre él y avanzó entre el mar rojo que se abría cual moisés y discípulos.
Sus pasos eran seguros e imponentes como si por dentro no estuviera apunto de tener un pequeño ataque de pánico. Felix sabia que debía mantener la calma, cargando orgulloso sobre sus hombros su venerable pasado. El mismo le había regresado la paz a aquellos vástagos mal agradecidos que lo miraban sorprendidos y uno que otro ofendido ante su regreso a la camarilla.
Al llegar ante el líder, el vampiro se inclino en reverencia, apoyando su rodilla en el suelo e inclinando su cabeza mientras trataba de no sonreírle burlonamente al vampiro frente a él; en teoría aquello demostraba respeto y lealtad, algo que sabia no era obligatorio pero necesario al estar tanto tiempo alejado del su Clan, al menos así lo dictaba la tradición. Para Felix y Sifir aquello era meramente técnico y político, una cortesía democrática para mantener la paz en la camarilla y que nadie lo acusara de traición por pasar tantos años en la oscuridad.
Felix se levanto y sonrio ante los rubíes que lo miraban divertido, el mayor lo atrajo a él ofreciéndole un abrazo.
—Lo has hecho bien Lix. Estoy orgulloso — Susurro Sifir en su oído mientras lo apretujaba un poco más para después separarse y tomando su muñeca para alzarla en el aire. — HA REGRESADO! YONGBOOK A REGRESADO!.
Los vástagos comenzaron a gritar y aplaudir, levantando sus copas sangrías aceptándolo de regreso. La orquesta volvió a tocar y todos volvieron a bailar, el momento de tensión había terminado.
—¿Tenias que levantar mi mano de esa manera? —Comenzó con un leve tono de disgusto en su voz.
—Bueno...sabes que les encanta el drama — ambos vampiros rieron.
Sifir estaba apunto de desviar la conversación, soltando algún comentario burlón hacia el menor cuando noto a cierto escritor acercárseles. Felix se tenso cuando sintió una mano en su espalda; volver a sentir la esencia y presencia de su clan y camarilla lo tenia un poco abrumado. Sentía como a cada segundo que pasaba, su esencia se conectaba una vez más con la colmena, pero estaba acostumbrado a Sifir y su presencia por lo que trataba de enfocar sus sentidos en el pelinegro y no volverse loco con el olor a sangre que provenía de las copas de vidrio.
Con cautela se giro, topándose con un par de ojos cansados con bolsas bajo ellos, una prominente frente desnuda y cabello negro, y una sonrisa adornada con un bigote perfectamente cuidado.
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The Red Moon
FanfictionDesde hace un par de miles de años Felix dejo de consumir sangre humana, se limito a solo alimentarse con sangre animal y sobrevivir mediante esta. Ahora su cuerpo comienza a verse afectado por ello y después de la muerte de aquel humano que le prom...