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Eso me hacía sentir...especial, por primera vez sentía una calidez que no podría definir con palabras, pero lo único que si podía decir, es que no era para nada desagradable, más bien, me hacía feliz.

[♥]

Viernes

Camine tranquilamente hacia la escuela, ya al llegar estaba pensando un lugar en donde desayunar, ya que preferí desayunar en la academia para no perder tiempo.
Una idea cruzo mi mente, no estaba tan mal.
Sin más me dirigí hacia la piscina, iría a ver a Aso.

—¡Senpai! —exclamo el rubio al verme, cosa que me resultó graciosa.

—Hola Aso.

—¿Que la trae por aquí? —pregunto con su sonrisa como el sol—, Uh, ¿Que trae en sus manos?

—Pues, decidí acompañarte en tus entrenamientos, estaba por desayunar —explique, mientras me sacaba los zapatos y las medias para sentarme en el borde de la pileta.

—Ya veo, ¿Puedo acompañarte? —volvió a preguntar, mientras yo asentía y el se metía en la pileta, con sus brazos en el borde—, ¿Que vas a comer?

—Unas cuántas cerezas y una media luna —le conteste, mientras le ofrecía una cereza—, ¿Quieres?

—No gracias —me sonrió—, Ya comí algo antes de venir.

—Oh, de acuerdo.

—Oye —me llamo el, y yo lo miré.

Veía como el se acercaba a mi cada vez más, sin importarle estar algo mojado levantó su mano hasta mi rostro, parecía no existir el espacio personal, pero en realidad no me importó.
Mi corazón, al igual que otras veces, latía como loco, sentía que se iba a salir de mi pecho, mientras que mis mejillas ardían por alguna razón que todavía me era difícil de comprender.
Ya cuando Aso estubo a tan solo centímetros, acaricio mis labios con su dedo pulgar.

—Tenías una mancha —explico, sin más se volvió a alejar, el tambien se encontraba algo rojo, bastante a decir verdad.

—C-Claro —tartamudee, ¿Que me había hecho este chico?

Paso el rato, y ya debía irme a clases, me despedí del rubio, y partí como alma que lleva al diablo.
Al llegar, no estaba nadie más que el profesor.

—Oh, _______ —comento al verme, mientras una gentil sonrisa se veía en su rostro, sin olvidar su aire seductor—, ¿Que la trae tan temprano a mi clase?, Falta media hora.

—P-Pues, solo quería llegar temprano —mentí, pero el me miró extrañado, por lo cual se levantó y se dirigió hacia mi.

—¿Sucede algo?, Se encuentra roja —hablo algo extrañado.

—No sucede nada, solo vine algo rápido, pensé que llegaba tarde —volví a excusarme, y el me creyó, pero no sé aparto de mi.

—Ya veo —murmuro—, Entonces vaya a sentarse.

Decidí hacerle caso, y ya en mi asiento no me quedo otra que dibujar, no tenía ganas de mirar al profesor en este momento, y menos con este sentimiento desconocido.

Pero, el podría saber que es, ¿No?

No pierdo nada con intentarlo, se que podrá ayudarme.

—Profesor —lo llame, y el me miro—, D-Digo, Mido.

—Dime, ________.

—Usted...¿Se ah sentido extraño a veces? —pregunte mientras jugaba extrañamente con mis manos, sin mirarlo a los ojos.

Cuando lo hice, el se encontraba en frente de mi pupitre.

—¿De que forma? —indagó para saber más, mientras yo pensaba como describirlo.

❝ 𝙸𝚗𝚌𝚊𝚙𝚊𝚣 ❞ │𝗠𝗮𝗹𝗲 𝗥𝗶𝘃𝗮𝗹𝘀 │Donde viven las historias. Descúbrelo ahora