Y sí, ese es Philippe. Un verdadero rompecorazones, no creen?
- No lo puedo creer. Philippe siendo rechazado.
- Ya cállate Jenny.
- No, no. Es que... Es un poco increíble, sabes. Al fin alguien te podrá bajar de esa nube ego en la que andas.
- En primer lugar, solo se fue cuando lo bese...
- Se fue corriendo -corrigió- y si lo hizo fue por algo.
- A lo mejor se acordó de algo y se fue por eso.
- JAJAJAJAJAJAJA.
- Calla, esa risa parece de bruja del siglo XV. Y en segundo lugar, esta nube de ego tiene sus buenos motivos.
- Es que tu orgullo es impresionante. ¿Por qué no simplemente admites que el chico se te fue y te rechazó?
- Porque nadie se puede resistir a mis encantos. Nadie me rechaza.
- Vale, orgulloso y egocéntrico.
- Venga, ya. Vamos a trabajar que luego nos llaman la atención.
- Eso, anda a coquetear con los clientes.
- Yo no coqueteo con nadie, ellos coquetean conmigo.
- Claro, claro.
- ¿Por qué siento sarcasmo en tu tono?
- Porque la dije con sarcasmo.
- Bien, voy a ignorar eso solo porque acaba de llegar una linda rubia que se merece ser atendida de inmediato.
Me fui de ahí hacia la mesa en la que estaban unas lindas señoritas esperando a que alguien llegara a tomar su pedido. Llegué y me paré frente a la mesa aclarándome la garganta para llamar la atención de las chicas.
- Buenos días, señoritas -les llamé-. ¿Qué les puedo ofrecer?
- Hola -saludó una morena mirándome coquetamente- Queremos tres capuchinos por favor.
- Bien -anoté en la libreta- ¿Algo más?
- No, lindo. Eso es todo.
Vaya, yo que había lidiado con éstas directas las conocía; eran de esas que decían que no repetían con nadie, pero luego de darles las mejores experiencias de sus vidas en la cama, volvían por más. Eran presas fáciles, pero yo no lo era, después de dos noches de pasión mis víctimas aparecían muertas bajo extrañas circunstancias.
Le guiñé un ojo a la morena que me llamó "lindo" y me fui para traer sus pedidos, casi Hasta pude escuchar que una de ellas suspiraba y cuando giré la cabeza pude ver que la rubia me miraba descaradamente las nalgas, pero escondió la mirada y se ruborizó en cuanto se vio descubierta, sonreí de lado.
Luego de llevarles su cuenta y la pagaran, se marcharon, pero dejaron algo sobre la mesa, fingí ir a limpiar solo para ver qué era, un papel con un número y una nota.
Llámame, guapo. A lo mejor podemos salir a tomar algo.
Vaaale, enserio iba a ser muy fácil estar con esta chica, ya me estaba quedando sin muchos candidatos porque todas las noches me las pasaba hablando con el pesado de Simon que aun se negaba a venir a mi apartamento. Solo tenía una presa para esa noche y era todo.
***
Ya era hora de cerrar el café, había estado particularmente concurrido, así que estaba un poco cansado, pero aun así no podía dejar mis cosas pendientes para otro día, llevaba un patrón y no podía dejarlo de lado.

ESTÁS LEYENDO
Rompecorazones.
Misteri / ThrillerOjos grises, cabello castaño, piel morena, 1,89 metros de altura, músculos perfectamente simétricos y sonrisa encantadora, la combinación perfecta para atrapar a quien quisiera. Philippe es un chico aparentemente normal, trabaja al igual que todos e...