1. - Agradable.

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La vista desde su ventana es agradable.

Sunjin y su esposo vivían en un pueblo a las afueras de la ciudad y eso a Kihyun le gustaba. Había menos ruido y, por ende, menos gente.

Porque Kihyun odia el ruido.

Y odia a la gente.

Su ventana es amplia y le brinda una vista panorámica del lugar; con muchos árboles y vegetación. La casa de la pareja se encuentra en una pequeña colina, por lo que su visión puede ir un poco más allá.

Casi no tiene vecinos tampoco. En su cuadra había sólo un par de casas; en una de ellas, habitaba un matrimonio mayor, mientras que otra era usada únicamente por temporada por una familia bastante amplia. Kihyun agradecía que no apareciesen demasiado, son muy ruidosos... Pero la casa que más registrada tenía, era la que se encontraba justo frente a la suya.

Allí habitaba un joven que, de las pocas veces que se lo veía, parecía ser de su edad.

Destacamos el "de las pocas veces que se lo veía", ya que el chico de oscura cabellera no solía salir demasiado. Y no es que Kihyun haya monitoreado cada mínimo movimiento del exterior, pero es que, al no querer salir de casa e interactuar, su opción más cercana a comunicarse con el mundo, era observar por la ventana.

Dicha actividad es un escape para el chico. Observar todo y a la vez nada; pensar en todo o simplemente dejar su mente en blanco. No suele prestar demasiada atención a sus propios pensamientos en aquellos momentos, simplemente disfruta de su soledad y del silencio...

Y hablando de interacción social, hoy tendría que hacerlo más de lo deseado...

— ¿Estás listo ya? — Kihyun aprieta los puños ante la repentina voz, pero logra destensarse al ver de pie en la puerta a Sunjin. Ella sonríe, como siempre lo hace cerca de él. El jovencito quiere devolverle el gesto, pero su labio tiembla en el intento de articular una sonrisa y termina por no hacerlo más. La fémina da pasos en su dirección y toma asiento a su lado. La cama se hunde un poco al recibir el peso de una persona más sobre su superficie. — La familia de Hansung es muy agradable, ya verás que te caerán muy bien.

Kihyun asiente, pero no dice nada al respecto.

Las palabras "familia" y "agradable" jamás pueden ir juntas en una misma oración. Son totalmente incompatibles; como dos imanes del mismo polo o el agua y el aceite. El día que él pueda vivir una situación donde las dos palabras funcionen juntas, será el día que él muriese.

Kihyun suspira y, finalmente, logra articular una sonrisa minúscula en dirección a ella. Él casi se sintió orgulloso de ello, pero no por mucho, más en específico hasta ver la sonrisa que le es devuelta por parte de la mujer.

—Tienes una sonrisa preciosa, ¿Lo sabes? Estoy segura de que todos querrían verte sonreír así más seguido. — Kihyun separa los labios, parece que dirá algo, sus primeras palabras en posiblemente toda la semana; parece decidido a agradecer, a reír, a hacer algo, pero...

Como reemplazo a cualquier palabra, aparece un respingo. Su cuerpo se tensa, sus ojos expresan miedo y sus uñas agreden las palmas de su mano con cierta violencia. Su respiración se ve cortada por una fracción de segundos también...

Sunjin le ha tocado el cabello...

No me toques, no me toques, no me toques, por favor, no te me acerques... Piensa el castaño. Demasiado contacto, suéltame, no me toques, te lo suplico...

Sunjin parece comprender la situación y retira su mano en seguida. Parece afligida por la reacción recibida, incluso decepcionada. Kihyun espera no haberla herido...

Maybe In a Next Life - ChangkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora