Kihyun cayó dormido en la vereda.
No podía dejarlo así, pero aunque quisiera, tampoco podía levantarlo y llevarlo a su casa.
Mirando en dirección a la casa del chico, suspiró y, bastante en contra de su voluntad, se levantó y se dirigió hacia allá, dejando al joven solo.
Tuvo que batallar un poco contra su moralidad, pero era por Kihyun. Entró en la propiedad, observando hacia el comedor, cómo los dos adultos charlaban. No comprendía cuál era el tema de la conversación, puesto que parecía haber iniciado antes de su entrada. Ignorando aquello, apresuró el paso escaleras arriba, hasta la habitación de su amigo.
El lugar estaba desordenado. La cama estaba deshecha y había varios cuadernos y útiles desparramados por el escritorio, al igual que algunos platos de comida semivacíos. Inevitablemente, esbozó una pequeña sonrisa, le recordaba a cómo era él.
Con la mirada, buscó algún objeto pesado, dando al fin con algunos libros. Esperando que su idea funcione, empujó dos de ellos hacia el suelo; como efecto, el impacto contra el suelo resonó con fuerza. Por suerte, su plan funcionó.
— ¿Kihyun? — la voz de la mujer vino seguida de pasos escaleras arriba. Changkyun abandonó la habitación, cruzándose con la mujer en las escaleras en su camino. — ¿Estás bien? ¿Qué fue ese ruido?
Con un suspiro, salió de la propiedad; aunque, antes de retirarse, decidió dejar la puerta de entrada con una pequeña abertura. Una vez concluido aquello, regresó hasta donde había dejado al joven minutos antes.
Kihyun seguía en el mismo punto, acurrucado en sí mismo y abrazando su torso con sus brazos, tiritando. La noche estaba fría, en verdad. Esperaba que los adultos dieran con él pronto o si no se resfriaría de nuevo...
Changkyun se arrodilló junto al contrario, montando guardia mientras miraba por la ventana de la casa a los adultos ir y venir.
—Descubran la puerta abierta... — susurró. — Por favor... — Y mientras esperaba, escuchó a Kihyun hablar.
—Hace frío... — musitó el castaño en un lloriqueo. Changkyun bajó la mirada, dispuesto a contestarle que fuera a casa, pero encontró con que seguía dormido y, además seguía hablando. — Quiero entrar, por favor. — el azabache le mira con el ceño fruncido. ¿Kihyun habla dormido? Un chillido repentino hace sobresaltar a Changkyun. Kihyun lleva sus manos hasta su cabeza y cubre ésta, parecía estar protegiéndose de algo.
—Está bien... — le susurra de regreso, ahora más impaciente que nunca porque los adultos salgan. — Es una pesadilla, tranquilo.
¿Por qué tardan tanto? Salgan ya...
—Perdón, perdón, no lo volveré a hacer, mamá... — Como si las cosas no pudieran ponerse peor, comenzaron a caer algunas gotas de lluvia sobre el cuerpo del joven. Changkyun maldice por lo bajo y regresa hacia la casa, donde empuja la puerta para que se abra con violencia.
A la mierda el sigilo.
Cuando la puerta se hubo abierto de par en par, observó del otro lado a la mujer, la preocupación pintada en su rostro. Aunque por suerte logró hacer que se asomase al exterior.
— ¡Kihyun! — exclama ella tras ver a su hijo al otro lado de la calle. — ¡Hansung! ¡Está aquí! — Changkyun sigue a la fémina unos pasos más atrás, su mandíbula apretada y el cuerpo tenso por la reciente situación. — ¿Qué haces aquí? Vamos a casa.
El espectro observa la escena, molesto. ¿Cómo es que no habían notado la ausencia de Kihyun? Y en todo caso, ¿¡Tan complicado era pensar que si no estaba en ninguna parte dentro de casa era que debían buscar afuera!?
ESTÁS LEYENDO
Maybe In a Next Life - Changki
Hayran KurguEl cerebro humano tarda alrededor de 200 milésimas de segundo en procesar y ser consciente del entorno que lo rodea. Qué jodido, ¿No? Cómo 200 milésimas de segundo pueden joderte por el resto de la vida. . Kihyun ha vivido siempre una vida de mierd...