Escuchaste el sonido de una llave girar la cerradura de la puerta. Abriste difícilmente los ojos, a penas saliendo del sueño.
Distinguiste una silueta y enseguida la luz del pasillo que se veía tras ella quedó cubierta de nuevo, pues la puerta se cerró cuando la figura ingresó.
Oíste pasos suaves que luego se detuvieron, seguidos del tenue ruido de un interruptor que encendió una lámpara cercana a la pared.
— ¿Rin?
Rindou Haitani se quitó el saco que llevaba puesto, lo colocó sobre un sillón y fue hacia la cama.
Extendió una mano y con las yemas de los dedos te tocó la pierna.
— Estás helada — dijo.
Palpó los otros espacios de piel descubierta hasta llegar a tus mejillas, las tomó cuidadosamente y se agachó para darte un beso en la frente.
— Lo lamento mucho. A penas terminó la reunión y pude subir. No debí dejarte.
Continuó dando besos en tu rostro pero después de despertarte por completo solamente pudiste pensar en una cosa:
— Quítame las esposas, por favor.
Tu rostro hizo una mueca de incomodidad, los brazos se te habían entumecido pero bastó con moverlos un poco para que la sensación de dolor recorriera tus articulaciones.
— Sí, ahora mismo — contestó.
Rindou se levantó y fue a buscar el juego de llaves chiquito del bolsillo interno de su saco. Regresó contigo y tan pronto como pudo te liberó.
Sin embargo, no moviste los brazos como pensabas que ibas a hacerlo cuando te soltara. De verdad te dolían mucho.
Él volvió a ocupar un espacio a un costado de ti y te tomó por el torso para abrazarte, haciendo que te sentaras. Siguió tocando tu espalda y hombros.
— Por Dios, en serio estás muy fría — su tono pasó de preocupado a arrepentido —. Perdóname, no era mi idea irme por tanto tiempo, espero que no cojas un resfriado por esto.
Tú aprovechaste su momento de culpa. Apoyaste la cabeza en su hombro y tocaste el dorso de su mano con los dedos.
Rindou llevó tus brazos con delicadeza alrededor de su cuello y empezó a besar el tuyo.
— De verdad lo siento — dijo —. Fue un error de mi parte, no pude dejar de pensar abajo que el único culpable fue Ran, no tú.
Cerraste los ojos y disfrutaste de sus mimos.
Él se detuvo de pronto y sentiste que olfateó. Casi te paralizaste también.
— ¿Pasa algo? — le preguntaste.
— Ah... No, no es nada. El olor de los tipos de la reunión debió impregnarse en mí. Debería tomar una ducha antes de acostarme.
Entornó los ojos pero no le dio mucha importancia al aroma percibido en tu cuerpo.
— ¿No quieres un baño tú también? Si estás muy cansada puedo hacerlo todo por ti.
Sonreíste. Rindou pasó sus manos por el cierre de tu vestido para abrirlo, sin embargo, recordaste de golpe algo muy importante y de paso lo sentiste: no traías puesta la ropa interior de la parte de abajo.
Te separaste un poco de su abrazo antes de que pudiera quitarte el vestido y descubrirlo.
Le pediste que te trajera una bata. Él se dirigió al baño a buscarla y además oíste que preparaba la tina, mientras tanto, revisaste por debajo de la cama y detrás de las almohadas.
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Ran & Rindou Haitani x Reader ♡ [+18]
Fanfic- Historia ambientada con Ran y Rindou Haitani siendo adultos (Futuro de Bonten). - Los dos personajes son de la obra de Ken Wakui. - Narración en segunda persona y con Reader (lectora) mayor de edad. - Contenido [+18] - Trece partes hasta el momen...