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Bajo el velo de la noche vemos un exhausto alvino que se sostenía contra las paredes para evitar desfallecer por el cansancio, había perdido mucha sangre y sus piernas temblaban por cada paso que daba, el arma del exorcista ahora guardada en su inventario, viendo hacia sus muñequeras noto las grietas en la tela producto de la batalla e hizo una nota mental de pedir otro par para evitar problemas, sin embargo, parecía que tenía un imán para ellos cuando escucho pasos a sus espaldas.

Viendo a su espalda se encontró con un hombre de cabellos negros que vestía unos pantalones de cuero en conjunto con una chaqueta igualmente negra, en su cuello traía un colgante en forma de cruz. El hombre se quedó parado frente a raiden a dos metros de el viéndolo de pies a cabeza

-estas echo un desastre, ¿Quién te hiso eso? estas sangrando

- unos imbéciles quisieron robarme, no pasa nada

-hmm , por tu ropa veo que lo lograron.

-que te importa déjame en paz.

El alvino se dio vuelta y comenzó a caminar nuevamente pero el hombre lo detuvo poniendo su mano en su hombro y hablo con su desagradable aliento a alcohol.

-oye veo que estas bastante mal déjame llevarte al hospital.

El chico solo se quitó la mano del hombro y siguió caminando.

-no necesito nada, solo quiero ir a casa a dormir.

Los ojos del hombre demostraban gran fastidio así que saco algo de su bolsillo y se acercó a raiden quien se había alejado varios metros.

-Te dije que..

-como sea niño, iré al grano, desprendes energía espiritual, poca, pero algo es algo quisa en un tiempo empieces a ver cosas que no están ahí, cuando estes dispuesto a controlar esa energía, llámame.

El hombre le dio una tarjeta al chico y se marchó dejando a un raiden indiferente que continúo caminando sin pausa mientras pensaba en vos alta.

-estúpido borracho.

Mientras el hombre se encontró en un bar con un chico rubio que jugaba con un psp y vestía completamente de negro y un hombre mayor que llevaba un traje sin el abrigo y un parche en el ojo derecho.

-cómo le fue señor.

El hombre mayor dijo mientras le entregaba un wisqui al pelinegro que sin demora trago la bebida solo dejando el hielo

-no sé, esta vez le tocaba a youkio ir por posibles miembros.

El rubio solo se encogió de hombros ante la acusación.

-es tu culpa por elegir cara.

Una vez en su casa raiden fue a su habitación casi tropezando con sus propios pies y de el ultimo cajón de su mueble de ropa saco una caja, que al abrirla contenía entre otras cosas un frasco con píldoras negras, un trozo de papel arrugado y un objeto cubierto por vendas.

Sentándose en la cama el chico tomo una de las píldoras que como pudo trago, pues había olvidado agua para bajarla, luego de un ligero mareo el chico suspiro viendo el techo para luego dirigirse al baño quitándose la ropa y sus muñequeras rasgadas.

Una vez fuera del baño y solo con una toalla en su cintura, tomo su teléfono que por suerte había olvidado en casa y marco a un amigo con el que hace tiempo no tenía contacto.

Luego de unos momentos una voz infantil propia de un chico sonó al otro lado del teléfono

-hola que se le ofrece.

Un Gamer Mas en dxdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora