Años Antes....
No sabía que quería hacer con mi vida, estaba llena de sueños, que al final no se podrían cumplir; puesto que no soy muy valiente que digamos, no tenía la voluntad de irle a la contraria a mis padres, y al final seguían siendo solo sueños...
Esta nueva forma de sumisión causó una tardía rebeldía por mi parte, mis padres no comprendían mis sentimientos y me obligaban de una manera u otra a ver la vida desde su punto de vista. Les entiendo perfectamente, quieren que me haga una profesional, pero... ¿cómo puedo ser algo que no me gusta?
Desde pequeña siempre optaba por el Arte; pero nada de lo que hiciera era del agrado de ellos. Era frustrante. No tenía con quien conversar, no tenía amigos para hacerlo. Pronto conocí a la que hoy es mi mejor amiga, con ella he podido contar en lo bueno como en lo malo...y estoy feliz de haberla conocido.
Estaba tan distraída con mis pensamientos que no me había dado cuenta que llegaba tarde a la graduación. Me apure todo lo que pude en llegar, por suerte el lugar quedaba cerca de casa. Allí me esperaban mis compañeros, y algunos de mis amigos. Al parecer llegué justo a tiempo.
Siempre llegaba tarde a las actividades de la escuela. No me interesaban para nada, era todo muy aburrido y molesto. Tomamos fotos al terminar la actividad y nos firmamos las camisas/blusas para tener un recuerdo de nuestros compañeros que no volveremos a ver. Es muy sencillo y tedioso al final. Todos estaban contentos, porque muy pronto harían las pruebas de ingreso a la Universidad y serian alguien, mientras que yo aun no sabía qué hacer. Estaba estancada.
Los primeros meses de un nuevo curso escolar comencé a trabajar, pero ese trabajo me ahogaba de tal manera que deje de ir por más de un año. Mi mejor amiga Allegra, se preocupó tanto, que me convenció de ir a un psicólogo; como ya sabía, le había hecho rechazo al trabajo. Mi ánimo seguía por el piso; pero ella poco a poco fue ayudándome a salir adelante.
Al cabo de unas semanas abandoné mi casa después de una discusión con mi madre, tomando la libertad que tanto ansiaba. Empecé a vivir con la familia de mi mejor amiga, que me adoptaron. Era la hija que ellos habían perdido. Aunque había abandonado a mis padres cada vez que tenía una oportunidad los visitaba, más por mis abuelos y mi prima que por ellos en realidad. En una de esas visitas me enteré que uno de mis tíos estaba tomando clases de fotografía para entrar en una pequeña revista. Me tome la libertad de preguntarle que si me podía enseñar algo; pero al final nunca tuvo tiempo.
Sola fui aprendiendo a trabajar en el Photoshop, y a mi manera lograba hacer cosas increíbles, para mí. No solo fui haciendo portadas en photoshop; comencé a dibujar mangas, a escribir; pero nunca terminaba lo que empezaba. Los días pasaban, y trabajar se hacía necesario, por lo que me incorporé a trabajar en el mismo lugar, me sentía mejor para hacerlo.
Allí encontré a un chico que había estudiado conmigo en la primaria, y retomamos nuestra amistad. Todos los días almorzábamos juntos, y conversábamos de cualquier cosa, teníamos una facilidad para entendernos que nos hizo pensar que podríamos tener algo más que una amistad. Nuestra relación y amistad no duro mucho, pues él no era la persona que yo veía al principio de nuestra amistad, se había vuelto egocéntrico y lleno de rencor hacia mí, sin razón. Sentí un gran alivio cuando decidió terminar la relación, tanto, que estuve llorando por tres días seguidos. Aunque el alivio era grande también lo era mi confusión.
Los días, y los meses pasaban volando...
...hasta que llegaron los días de carnaval.