Siguiendo el conejo blanco.
Era ya de madrugada y caminábamos por 17 hasta llegar a 12, el parque había quedado atrás, no había un sonido en las calles del Vedado y nosotros teníamos que separarnos, unos bajaron buscando Línea mientras que Alicia y yo subimos hasta 23 y 12 para esperar una confronta.
En la parada se encontraba un señor mayor mirando un reloj de bolsillo, llevaba unas gafas oscuras y un gorrito gallego, parecía estar esperando a alguien. Le preguntamos si había pasado una 27, y este respondió que había pasado hacía apenas 10 minutos, pero que aún no era tarde. Lo que significaba que estaríamos todavía un buen rato esperando hasta que pasara la próxima.
Alicia buscó un lugar no muy sucio, se sentó en el suelo y me hizo seña con el dedo para que la acompañara. Me senté frente por frente a ella. Tras su espalda se encontraba el edificio donde Fidel había declarado oficialmente el carácter Socialista de la Revolución.... Había unos afiches grandes enganchados en los cristales laterales que decían ARTE Y DISEÑO EN LA HABANA, en la actualidad usaban mucho el lugar para exposiciones.
-¿Y ahora... qué podemos hacer en todo este tiempo? - Me preguntó mientras miraba al cielo, como si mirase al infinito.
Había escuchado la pregunta sin embargo no lograba perder de vista los carteles detrás de ella, podía ver algunas fotos de edificaciones importantes de la Habana como el ISA, el Habana Libre y el Hotel Nacional pero también habían escenas de la Habana Vieja, personas tocando guitarra y otras cosas que no entendía.
Encendí un cigarro y aspiré.
-¿De qué se trata lo que han hecho aquí? - Le pregunté señalando por encima de sus hombros hacia los cristales.
Dio media vuelta y se quedó mirando. -Aun no has visto esto, es una expo entre la facultad de Arquitectura y la de Historia del Arte. Está patrocinada por la Universitat Zu Berlin.
-Unos alemanes comunistas probablemente.
Se acercó hasta el cristal y empezó a investigar a través de este. No sé en qué estaría pensando pero fui hasta su lado para ver que revisaba. Luego fue hasta la puerta principal, se quitó un gancho de pelo y empezó a forcejear la puerta.
-¿Qué haces?
-No te preocupes, ya revisé y no hay nadie. La seguridad es pésima.
-¡Deja eso! -En realidad me llamaba la atención, este tipo de cosas solo ocurre en películas.
¡¡CLAK!!... La había abierto.
-Bienvenidos al Louvre.- Dijo con una ricita.
Bueno, ya el daño estaba hecho. Si nos cogían, tendría que decir que éramos unos jóvenes revolucionarios y que para nosotros era un honor visitar el balcón donde el Comandante había declarado el carácter socialista de la Revolución. Aunque eso no justificaría el nivel de alcohol con que andábamos.
Revisé que nadie nos estuviese mirando, el viejito seguía hipnotizado con su reloj, seguro pensaba que el tiempo era oro, aunque eso no lo haría millonario.
Entramos en la sala, las paredes las habían pintado de blanco recientemente, los cubos de pintura se encontraban amontonados en una esquina. Tenían un muro lleno de fotos de la Habana de los 50, joder todo era idéntico, pero más limpio y menos destruido. El Capitolio, El Capri, el Focsa, es increíble lo que habían construido los imperialistas.
Había otras secciones con imágenes más recientes de la Habana Vieja y la otra parte de la exposición consistía en retratos de distintas manifestaciones artísticas en la Habana, los leones de Prado, conciertos en la escalinata de la UH, el Salón Rosado de la Tropical, el Parque John Lennon y otras más. Pero hubo un par de fotos con las que quedé paralizado. Una era una imagen de gran formato titulada Globalización Carnaval donde se veía la gran carroza llena de superhéroes que había visto en los carnavales pasados, no pude dejar de pensar en ella.
Ya habían pasado varios meses y no la había vuelto a ver, recordaba lo que me había dicho, yo no creía en el destino ni en Dios pero quizás algo estaba ocurriendo. El cuadro estaba acuñado a Allegra; Estudiante de Arte. No recordaba su nombre, no me lo había dicho.
-Te gusta esta por lo que veo, llevas tremendo rato ahí parado.
-Creo que conozco la persona que tomó esta foto.
-¿Allegra?
-No estoy seguro, pero puede que haya sido su amiga, nos conocimos... bueno... conversamos un rato en los carnavales pasados.
-¿Tienes idea de cuanta gente pasaron por delante de esa carroza y le tiraron fotos?
Era verdad, la probabilidad sería una de mil.
-Es solo una impresión.
-¿Era bonita?
-Sí.
-¿Te gusta?
-¿Qué quieres saber?
-Mmm... Amor de Carnaval, que bonito.
-Deberíamos irnos o vamos a perder la guagua.
-No te pongas así, vamos a disfrutar del lugar un poco mas.- Mientras decía esto acercó su rostro al mío, sus ojos claros estaban justo debajo de los míos.
- ¿Nunca te han dicho que hay que disfrutar el momento?
(Carpe Diem)
Mejor no responder a eso.
-Tú estás borracha y yo estoy cansado.
De repente sonó un estruendo enorme en la sala de al lado, habían caído unos bloques del techo levantando una nube de polvo alrededor de nosotros.
-El socialismo se viene abajo. - La agarré por la mano y salimos corriendo. El viejito nos miraba desde la otra esquina, ya no importaba, seguro pensaba que habíamos cometido un sabotaje.
Fuimos caminando hasta la próxima parada, valía mejor no estar alrededor del edificio por si venía la policía o los bomberos. Mientras caminábamos, Alicia pidió disculpas por cómo había actuado, al parecer la agitación le había hecho pensar.
-No debimos haber entrado y no debí abrir esa puerta. Podíamos haber muerto.
A pesar de lo que había pasado, solo pensaba en la chica del Carnaval, tenía que llegar a ella, de alguna manera. Quizás todo ocurría dentro de mi imaginación pero estaba dispuesto a encontrarla.