Sueño irreal...

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—Lilian, ¿ya estas lista? – preguntó Allegra por décima vez.

—Sí, solo me falta pintarme los labios y estoy lista. –dije un poco irritada y nerviosa.

¡DING! ¡DONG!

—Ese debe ser Esteban, apresúrate, acuérdate que debemos recoger a Maura y a su novio. – dijo Allegra como recordatorio a mi comportamiento.

—¿Tengo que ir? – pregunte esperanzada.

—Claro que sí, necesitas salir, además Esteban trae consigo a su primo. Sé que no te gusta que trate de emparejarte, a mi tampoco, pero haz un intento, ¿Ok?

—Está bien, ya estoy. ¿Nos vamos? – dije guardando el lápiz labial y mirándome por última vez en el espejo. Solo logre ver a una chica normal, no tenía nada que resaltara a los ojos de los demás. Debería cambiar mi ánimo, para no preocupar a Allegra, y continuar siendo, de las dos, la más optimista.

La salida fue mejor de lo que pensaba, después de recoger a Maura y a su novio acordamos de dar una vuelta por el Vedado; fuimos al Coppelia, a comer Hot Dog (...jaja...perros calientes), y por último nos sentamos en el malecón a conversar.

El primo de Esteban, fue muy agradable conmigo, disfrute nuestra conversación; pero aun así no sentía, lo que aquel desconocido me hizo sentir. El logró ponerme tan nerviosa, con tan solo unos segundos, cuando me miro fijamente a los ojos. Miró mi ser, y eso me asustó.

Como a las 12:30 de la madrugada, llegamos a la casa, cansadas. Allegra se quedó rendida al momento; pero yo me quedé pensando, y al final no pude dormir.

Decidí encender la laptop y ver por enésima vez aquella foto que tenía de él. No sabía si lo volvería a ver, aunque creo en el destino, a veces dudaba un poco en cómo funcionaba. La miré fijamente durante lo que parecieron horas, y se me ocurrió, de la nada, escribirle algo como una forma de hablarle en la distancia. No sabía cómo quedaría, era la primera vez que intentaba escribirle a alguien, estaba un poco sorprendida de quererlo hacer.

El intentar escribir una pequeña nota paso a ser un pequeño poema:

¨ Eres como el Mar ¨

Eres como el Mar...
Hermoso y profundo...
Pacífico y oscuro...
A cada minuto...
Me hace desear estar a tu lado,
A cada instante...
Me pierdo las horas pensando en tí,
En tus hermosos ojos que me desarman,
Que te dejan ver quien soy en realidad....
Que me dejan ser esa chica a la que Amas,
Aunque sea una vez...
Eres como el Mar...
Lleno de misterios sin resolver...
Y aun así ¨ Te Extraño ¨

-Lilian.

Puede que me haya pasado al escribirle eso; pero era algo que sentía en ese preciso momento. No sé de qué forma le llegue a extrañar, era imposible, debía estar loca. Lo guarde, puesto que me gustó, y apagué la laptop e intenté dormir.

El sueño vino fácil, pero más que solo un sueño, se convirtió en un sueño irreal.

...Sabía que era de noche, aunque el cielo pareciera rojo. No había rastro de luz por ningún lugar, así que no podía ver hacia dónde ir.
A lo lejos, y en todas direcciones, se escuchaba una voz.

-¿Quién eres? ¿Acaso me buscas?

-¿Quién es?- pregunté al aire. Recordaba aquella voz, pero no podía ubicarla.- Sal, por favor. No te voy a hacer daño.-debería ser yo la que se escondiera, fue lo que pensé.

Al rato escuche un lamento, alguien estaba llorando. Sufriendo. Y yo le quería ayudar.
Volví a oír la voz decir: -He perdido algo, ¿tú lo tienes?- y continúo llorando.

-No sé a qué te refieres, ¿por qué no sales?, quizás te pueda ayudar.-dije con la esperanza de ver su rostro, su llanto me conmovía mucho, y al parecer era solo un niño.

-¿De veras quieres ayudarme?-pregunto esperanzado el niño.

-Sí, te quiero ayudar.-dije muy segura.

De la nada salió un pequeño niño muy tierno, con lágrimas aun en sus ojos. Se parecía mucho al muchacho del carnaval, lo que me sorprendió.

-¿Cómo te llamas?-le pregunté.

-Dime, ¿lo tienes tú? – preguntó él en cambio.

-¿Qué es lo que tengo?- pregunté.

-Mi corazón- respondió tocándose el pecho, y abriéndolo para enseñarme un lugar vacío, donde se suponía que debía ir el órgano.

Las lágrimas corrían por mis ojos, sin darme cuenta. Creí oírme gritar; pero justo en ese momento unas manos me sujetaron los hombros, y a lo lejos oí la voz de Allegra llamándome...

-¿Lilian, estás bien?-preguntó Allegra cuando me vio abrir los ojos.

-Sí, estoy bien.-le respondí. No le podía contar lo que había soñado, se preocuparía.

Intenté conciliar el sueño de nuevo, y quitarme esa imagen del niño de la cabeza. Creo que ese sueño me reveló algo importante, solo que no tengo ni la menor idea de que sería.

Ambos MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora