Capítulo 3

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-Cuántas veces tengo que decirle que se aparte de mi persona, señorita Granger- se irritó Severus, apartándose de la bruja y lanzándole una mirada furiosa.

Ignorando la mirada de desprecio que estaba recibiendo, Hermione se acercó a Harry y le quitó el pesado tomo de las rodillas y lo dejó en el suelo. Tomando su mano entre las suyas, tiró de Harry para que se pusiera en pie y le dedicó una cálida sonrisa.

-Harry, quiero que vayas y toques la oreja del profesor Snapes, como hice yo-.

Harry miró a su amiga como si ella hubiera anunciado que el mismísimo Señor Tenebroso no se había ido realmente y que lo único que tenía que hacer para destruirlo era pellizcarle la oreja.

-¿Da su permiso profesor Snape?- preguntó Hermione

-Muy bien, murmuró Severus.

Harry se acercó tímidamente a Severus y le pellizcó la punta de la oreja izquierda, al igual que Hermione, preparándose también para la explosión.

Unas ráfagas de electricidad recorrieron el cuerpo de Severus, cada terminación nerviosa cobró vida y una voz le gritó que aceptara a su pareja. Sabiendo muy bien que Hermione reaccionaría o exageraría en este caso, Severus mantuvo el rostro impasible. La mano de Harry bajó a su lado y miró a Hermione como preguntando qué debía hacer a continuación.

Dame fuerzas Hermione gritó para sus adentros yendo al lado de Harry le apretó la punta de la oreja, la bruja lo había visto intentar controlarse cuando tomó la mano de Harry y cuando le pellizcó la oreja momentos antes.

-Cómo te atreves a tocar lo que es mío- enfureció Severus, con un movimiento de la mano Hermione se lanzó por la habitación y aterrizó con un golpe en el suelo cerca del sillón de Harry.

-¿Por qué has hecho eso?- rugió Harry, acercándose a su amiga y ayudándola a levantarse.

-Estoy bien, Harry- le aseguró Hermione, -no creo que el profesor Snape haya querido hacerme daño-.

-No... no lo creo-, tartamudeó Severus, dándole la vuelta a la mano y volviéndola a poner, y luego levantando la vista para ver unos ardientes ojos esmeralda.

Hermione miró a Harry y lo vio enojado. -Harry honestamente está bien, no estoy herida, lancé un encantamiento amortiguador ya que sabía que algo pasaría. No fue Severus el que hizo eso-

-Claro que sí, lo vi agitar la mano-.

-No me entiendes, Harry, fue la criatura que hay en él la que vio una amenaza hacia su compañero-.

-¿Compañero? No lo entiendo-.

-En lo que está fallando la señorita Granger es en que está hablando de algo que cree que estamos muy enterados porque ella lo está-, dijo Severus mientras miraba a Hermione. -Primero explique lo que sabe y luego podemos hablar todos de ello ya que entonces todos lo sabremos-.

Hermione le devolvió la mirada a Severus. -¡Bien!- soltó antes de suavizar sus rasgos y mirar a Harry. -Has entrado en tu herencia de criatura que es un elfo, de ahí las orejas puntiagudas. Severus también es un elfo, pero acaba de entrar en la suya porque ha estado dormida desde los diecisiete años. La criatura que hay en él se ha despertado porque su pareja ha alcanzado la mayoría de edad. Tú, Harry-.

-¿Yo?-.

-Sí-.

-Pero si todo esto es cierto entonces por qué no te eché a un lado cuando tocaste a Severus-.

-Porque Severus debe ser el más dominante en ustedes dos- Hermione se sonrojó.

Cuando Harry frunció el ceño, Hermione se aclaró la garganta. -En términos muggles, ¿Severus es el lanzador y tú el receptor?-.

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